A todo esto, dejo lo que pienso acerca de que se involucren a los videojuegos con una tragedia.
Primero, los videojuegos son una forma de entretenimiento, que a día de hoy están expandidas masivamente en la sociedad. La distribución de un videojuego, a día de hoy, es similar al de una película. En mi rango de edad (tengo 19 años), prácticamente todos jugamos videojuegos.
Es verdad que hay juegos que son violentos, sí. Pero, también hay películas violentas, como Terminator, Rambo, Kill Bill, etc.
Ahora bien, imagino que todo el mundo vió esas películas, no? Díganme entonces, ustedes mataron a alguien después de verlas? Tuvieron pensamientos homicidas después de ver sangre por todas partes, en dichas películas?
Imagino que la respuesta es no. Bien, lo mismo pasa con los videojuegos. Por más que yo juegue al Counter Strike con mis amigos (que es, literalmente, un juego de terroristas vs fuerzas especiales), no voy a salir a copiar lo que veo o hago en el videojuego. Me entretengo jugandolo, y nada más. Como toda persona cuerda.
Además, para el que no lo sepa, al juego que se vincula este acto de terrorismo es Fortnite. Qué es fortnite? Un videojuego de disparos, sí, pero que a la vez es súper colorido y alegre. Totalmente amigable para niños, quienes son la mayoría de los jugadores. No hay sangre, todo tiene una estética similar a las animaciones de la tele. Muy bonitas y para nada violentas.
Por eso, bajo mi punto de vista, los videojuegos no tienen absolutamente nada que ver. Sólo se usan, maquiavélicamente, para vender más una noticia, y alimentar la ignorancia de las personas hacia estos.
Saben qué es, verdaderamente, la causa de todo esto? El odio. La xenofobia, el fomento del odio a otra persona sólo por no pensar igual que vos, por no tener los mismos ideales que vos. Eso es el causante de una tragedia como tal. El odio desmedido a un grupo de personas, exclusivamente debido a que no hacen o piensan lo que vos querés que hagan. Eso, bajo mi punto de vista, es lo que fomenta algo tan horrible como lo que pasó en Nueva Zelanda.