El que a mi me sorprendio fue Bruno Calabria, la verdad que lo odiaba porque me parecia que cada vez que nos dirigia nos bombeaba. Pero una vez que se retiro tuve que ir a la imprenta que tenia o tiene en Av. La Plata, cerca del Viejo Gasometro, y cuande me hacen pasar a la oficina era un templo cuervo. Si se sabia que era cuervo nunca lo habia escuchado.