Ahora parece que las irregularidades no eran irregularidades y que está todo bien.
Quizás nuestras elecciones tampoco eran irregulares y podríamos haber votado.
Es que las irregularidades no eran irregularidades.
La IGJ no tiene facultades para declarar nulo un contrato que está jnscripto en otra jurisdicción, ni mucho menos opinar si los honorarios de Maratea son altos o no.
Incluso le deberían haber iniciado acciones legales a Nissen.
Y lo de la jurisdicción, salvo que la IGJ demuestre que la administración y la principal actividad se desarrolla en CABA, tampoco puede exigir que se tenga que inscribir en CABA.