El tema es que desde que se puso de moda contar las asistencias en el fútbol se le dice así a lo que haga el ante último jugador que toca la pelota, sea lo que sea.
En el primer gol (sin ser una genialidad) podés contarlo como asistencia porque se la da al que está mejor ubicado para definir, sin marca y al pie. Contar un córner flotado para que gane un defensor de 1,75 no es ni en pedo una asistencia, y que sea el primer córner decente en varios partidos tampoco lo hace una asistencia.
¿Te parece que la diferencia entre un jugador que hace 15 últimos pases antes de un gol y otro que no hace ninguno es solamente porque al de las 15 asistencias lo ayudaron la suerte y la pericia del compañero? Los grandes números dicen algo.
Con esa lógica, propongo armar una tabla de goleadores así:
En cada gol se reparte un porcentaje. Si un jugador la roba, elude a todos los rivales con todos sus compañeros parados en el banderín de córner y la clava en un ángulo después de eludir al arquero, se lleva el 100% del gol. Suma 1 punto.
Si mete un gol de penal, se cuenta un 50% para quien lo ejecuta (suma 0.6) y el resto se reparte para quienes hayan tenido incidencia en la jugada que derivó en la falta (25% a quien recibe la falta, 5% al volante que picó por la otra punta desviando la atención de los rivales, 10% al que se la pasó al que fue fouleado y el 10% restante se divide entre todo el equipo).
En el primer gol de Blandi le correspondería un 4,15% a Navarro que hizo el primer pase, un 8% a Gonzalo Rodríguez, un 23,2% a Cerutti, un 16,67% a Angeleri que la dejó pasar, un 24.38% a Romagnoli que encontró el pase justo, un 21% a Blandi que definió con precisión y el restante 2,6% se lo pueden repartir entre todos los demás incluido el Pampa que los entrenó, el hincha que da su aliento, la mamá de Blandi que lo parió, Dios que no existe pero algunos jugadores son cristianos, las marcas de botines de cada jugador y la mar en coche.
Al final del campeonato el goleador va a ser Turner y todos contentos.