Si llega a trascender en el futbol el pibe de apellido "Verdugo" Olé se hace una fiesta de acá a 15 años
Me hiciste acordar de este "cuento".....
Llego a las oficinas del diario Olé. Decenas de periodistas escriben frente a sus computadoras. Busco con la mirada al hombre que me hizo venir hasta aquí pero no puedo hallarlo. - Discúlpeme –le pregunto a un muchacho de pelo largo- ¿dónde está Amilcar Benavides? - Allá, en el cuartito. El cuartito parecía efectivamente eso: un espacio reducido en el fondo de la redacción del que todo el tiempo entraban y salían periodistas. Esperaba encontrar un cuarto de limpieza reciclado o una pequeña oficina pero no estaba preparado para lo que vi cuando ingresé. El cuartito, una denominación irónica, tenía la misma superficie que la redacción del diario. Estaba alfombrado y tenía una heladera, un pool, un jacuzzi, una pecera gigante, un flipper retro y varios plasmas colgados en las paredes. En el medio de la sala, que parecía la habitación de un hotel de categoría, se encontraba Amilcar vestido con su bata turquesa, detrás de su escritorio, girando en una silla. - ¿Amilcar? - ¿Cómo salió el partido? - ¿Qué partido? - No sé. El que fuiste a cubrir. - No, yo no trabajo acá. Soy el del blog. Vine a hacerle una entrevista. - Bueno, dale. A blog te hablo. - ¿Perdón? - Je, je. No me hagas caso, pibe. Es una deformación profesional. No puedo parar de tirar titulares. Suplentes tampoco. ¡Ja ja ja ja ja ja! - Lo que más me llama la atención es que no sabía de su existencia. Siempre creí que los periodistas que escribían las notas luego ponían los títulos. - Es cierto, casi nadie sabe de mi existencia. Estoy condenado al ostracismo mediático. Pero, bueno, la gente que hace operaciones a corazón abierto tampoco sale en los diarios. Ingresa al cuartito un muchacho de unos veinte años. - Disculpe, señor. Empató Defensa y Justicia. - Aja, tirame otro dato. - Mereció perder pero se tiraron todos atrás y aguantaron el empate. - “Defensa injusticia”. Al chico se le ilumina la cara. - Gracias, señor. Muchas gracias. El chico se retira y sigo con las preguntas. - Pero, ¿usted hace todos los titulares del diario? ¿El ascenso también? - Todo. Yo hago todo. Hasta las breves. Todos los títulos salen de acá. Digamos que lucho por el “Título mundial”. ¡Ja ja ja ja! - ¿Y el tenis? ¿No es complicado? - Los deportes individuales son los más sencillos. ¿Quiere ponerme a prueba? - Ok. David gana el Abierto de Australia. - Bueno, siempre se puede salir con “El Rey David”. Lo vengo usando desde que llegó a la final de Wimbledon pero nunca caduca. - ¿Si entra en una mala racha? - Se agregan signos de pregunta: “¿El Rey David?”. - Chela y Calleri pierden en cuartos de final. - “Ni el Gordo ni el Flaco”. - Del Potro vence a Nadal. - “Del Potro salvaje” o “Del Potro está hecho un toro” o “Del Potro está hecho un ídem”. ¡Jaja! - Queda eliminado en primera ronda de un Grand Slam. - “Del Pony”. - ¿Y con Acassusso? - Me salva el apodo. Si gana “No tuvo Chucho” y si pierde “Se achuchó”. - Gaudio gana con cancha llena. - “El Gato convoca”. - Pierde porque se enrosca. - “Gato encerrado”. - Vuelve al circuito con éxito. - “7 vidas de el Gato”. - Gana un partido maratónico. - “GATOrade” y hacemos un acuerdo comercial con la bebida. Entra otro periodista apurado. - Olimpo perdió en cancha de Estudiantes por 5 a 0. - ¿Quién atajaba en Olimpo? - El Mono Navarro Montoya. - “Por La Plata baila el Mono”. - ¡Gracias, maestro! Otra vez quedamos solos. - ¿Qué pasa si se bloquea? - Voy a los comodines. “La peor noticia” la puedo usar para el descenso de categoría de un equipo o para anunciar un accidente trágico en una carrera de TC2000. - ¿Hay épocas más fáciles que otras? - ¡Claro! Cuando el Diablo Monserrat y Julio Cruz jugaban juntos en River los titulares se hacían solos. Me hice un festín: Cruz Diablo, Mucha Cruz para el Diablo, El Diablo le hizo la Cruz. No sé, podía estar meses. Vuelven a entrar para interrumpirnos pero a Amilcar no parece importarle. - ¿Me aguantás un segundo que me saco de encima tres o cuatro? –me dice. - No hay problema. Lo espero. - ¡Don Amilcar! ¡Don Amilcar! ¡Se lesionó Messi! - ¿Para cuánto tiene? - 45 días. - Messi y medio. - ¡Genio! ¡Genio! Pasa el siguiente. - Griguol no sabe si volver a Ferro o ir a Gimnasia. - Ferrocarril o este. Entra otro. - Basile no sabe si pone a Crespo o a Tevez. - Alfio Vacila. Nos quedamos solos. Amilcar me hace una indicación para que siga con las preguntas. - ¿Hay varios tipos de titulares? - Y, sí. En el titular tribunero jugás con alguna canción de cancha. Está el juego de palabras, la referencia cinéfila, el titular retro y el kafkiano. - ¿Cómo sería el kafkiano? - Uno que no lo entiende ni Kafka. - ¿Cómo sería? - Te lo muestro con el próximo periodista. Entra un joven muy tímido. Parece su primera vez en el cuartito. - Señor, hubo un torneo en un parador en Pinamar. - ¿Quién ganó? - El equipo de José Sand. - Sand en la arena. - ¿Cómo dice? - Poné “Sand en la arena”. El muchacho se va cabizbajo. - Es un título muy malo. - A veces me compran cualquier verdura. ¡Ja ja ja! - ¿Estudió algo para hacer este trabajo? - Yo hice periodismo. Pero me aburría escribir la nota entera. Así que le encontré la vuelta con esto. Los periodistas se acumulan en la puerta. Entiendo que debo dar la nota por finalizada. - Amilcar, ¿qué título le pondría a esta nota? - “Yo titulo, tú titulas pero nadie titula como Amilcar”. Dejo la redacción y llego a casa. La ventaja de tener un blog es que nadie te dice que título poner. Subo la nota y a los 10 minutos suena mi teléfono. Es Amilcar.
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