Walter llegó a San Lorenzo a los 8 años. Hizo las inferiores en el club y debutó en el momento más duro de los últimos treinta años. Lo tiraron a la cancha para jugar contra San Martín de San Juan, en un partido que arrancamos perdiendo y donde al igual que en Marrakech, lo que mantuvo al Ciclón en pie fue gente. Walter jugó esa tarde con alma cuerva y dejó todo como marca el manual azulgrana. Hizo un gol salvador y se puso a llorar. Lloramos todos, desde ese día Kannemann es héroe, emblema y embajador del sacrificio azulgrana. No es un burro, ni es torpe, juega como un hincha, que es diferente. Algunos creyeron ver en ese pibe un pichón de Ruggeri, de Passarella, un caudillo. Pero todo eso no alcanzó y perdió el puesto jugando en una posición inusual para él, Walter es central y lo pusieron de marcador lateral izquierdo. Le trajeron a Emanuel Mas. Ese fue el premio para un pibe que puso todo mientras Jonathan Botinelli, mimado de la dirigencia no escupía en la cara y se borraba como buena gallina que es.
Emanuel Mas tenía que jugar y jugó. Alternaba buenas y malas pero jugaba, a Walter lo corrieron y vuelta a empezar.
Con la llegada de Bauza, Kannemann se ganó el puesto jugando como marcador central izquierdo, su mejor perfil. Pero le trajeron a Yepes porque no le tenían fe para el Mundial de Clubes. Yepes con casi cuarenta años no pudo hacer pie en juegos simples pero su experiencia lo posicionaba como fija para ser titular en Marruecos. La dupla elegida en los papeles del entrenador y de los dirigentes era Cetto – Yepes. Pero Walter se volvió a ganar el puesto, esta vez como primer marcador central. El y Julio Buffarini fueron dos de los pocos jugadores que mostraron nivel europeo en la final ante Real Madrid. Pero al llegar a Buenos Aires, el presidente Lammens reconoció el interés de Atlas, de México, por Kannemann. La cifra que circula es cercana al millón de dólares de los cuales a San Lorenzo le quedarían limpios apenas poco más de quinientos mil.
Para sorpresa de todos, Lammens indicó que es difícil retener a los jugadores que se amparan en la cláusula de la libertad de acción, exponiendo al jugador como conflictivocomparándolo con Jonathan Botinelli.
Lammens dijo defender el patrimonio del club, aparentemente de las garras del jugador que pretendía irse con el pase en su poder. Aunque a juzgar por los tiempos y las formas, esto se parece más a un caso de impericia dirigencial que a una avivada del pibe.
A Kannemann lo forrearon adentro y afuera del campo de juego. Y defender el patrimonio, en este caso, era firmarle un contrato por cinco años, dejando en claro cual es el proyecto futbolístico a futuro: pibes del club con la cabeza en su lugar y destino europeo. Defender el patrimonio hubiera sido venderlo a Italia por el triple de plata, insertando además la marca San Lorenzo en un mercado de elite, y no en México.
Kannemann es un emblema de lo que pretendemos los cuervos en cuanto a mentalidad ganadora, huevo y respeto por los colores. Por favor, comparar a este proyecto de héroe con un cagador como Botinelli es ir en contra de los patrimonios que dicen defender.
El pibe fue polifuncional, jugó de lateral, de “dos” y de “seis” mientras Fontanini se quiebra la cintura en cada amague, Yepes da lástima y Cetto nunca termina de consolidarse. No hay forma de explicar lo que está sucediendo con Kannemann, pero si la hubiera, nos gustaría saber qué pasa, qué pasó y qué pasará con uno de los proyectos mas serios que entregó la cantera azulgrana en años.
- See more at:
http://www.deboedovengo.com/novedades/actualidad/walter-querido-boedo-esta-contigo.html#sthash.tIPmwhqN.dpuf