Ocurrió en 1991 en Alemania. El jugador del Arminia llamado E. Lienen se quedó con la pierna así tras una brutal entrada de un jugador del Werder Bremen. El propio Lienen se levantó después de verse la herida, y presa de un ataque de nervios fue a buscar al entrenador rival para recriminarle que él había sido el causante de que su jugador le entrara de semejante manera.
A pesar de que sufrió una herida de 25 centímetros en su pierna derecha, solo estuvo dos semanas alejado de los terrenos de juego. El jugador causante de semejante atrocidad solo recibió una tarjeta amarilla.