Pego lo mismo que en el otro post:
AGUANTE EL VIKINGO HIJOS DE PUTA
Boludeado casi desde que debutó con Simeone, lo puso dos partidos y después ni lo convocaba. Lo rescata Caruso y lo hace jugar de tres sin contrato, contrato que finalmente le hacen tres días antes de jugar la promoción, se afianza de tres y le traen a Más, la rema y gana el puesto; Bauza le dice que en realidad "tiene un futuro enorme como central", le da la confianza a Más ("Walter tiene menos luces que Más") y lo manda al banco, hasta incluso lo pone a Walter ridículamente de volante por izquierda contra Gimnasia en el bosque.
Se termina ganando post Libertadores el puesto de segundo central en forma indiscutible, le traen a Yepes (a quien claramente NO se evalúa con la misma vara que al resto). Cuando pensamos que ya nada podía sorprendernos, lo ponen de primer central, y la vuelve a romper...
Mientras tanto, la dirigencia en vez de segurizar a nuestros jugadores con extensiones contractuales y elevando las cláusulas de rescisiones, hace la plancha y festeja eternamente la Copa, como si la vida del club no siguiera.
Me encantaría que Walter se quede, es el alma de este San Lorenzo con Mercier y Romagnoli, pero la boludeada que le pegaron a este pibe es cósmica.
Acá todos se quejan de los hinchas de los jugadores y los hinchas de los técnicos, pero prefiero ser hincha de un pibe así en un caso eventual y no hincha ni chupapija de los dirigentes de turno como acá son varios.
Agradecimiento enorme a esta dirigencia en la cual muchos, y me incluyo, no confiábamos hace dos años (con los motivos ya expuestos millones de veces) pero lo que es gestión del plantel profesional es lamentable, y no me refiero al rubro contrataciones, sino a lo que han hecho para mantener un plantel del cual, si uno mira los jugadores con los que salimos campeones locales hace un año, hasta parecen quedar bastante pocos.
Para Walter, ojalá se quede en el club, y si no se queda nadie le debería decir absolutamente nada, dejó todo, postergó todo, absolutamente todo por este club. Pero es más fácil pegarle al pibe por no soportar ser boludeado una vez más que ponerse las pilas y reclamarle a la dirigencia que defienda el patrimonio.
