-¿Qué sentías cuando te probabas en los clubes y no quedabas?
-En Quilmes pasé la prueba, pero me habían dicho que no había pensión. Después vine a River, Boca, San Lorenzo, Argentinos, Tigre… Era muy difícil quedar, porque en cada prueba había más de 50 chicos. No lloraba, pero me enojaba. Pensaba: “Vengo de tan lejos y casi no me miren…”. Se nos hacía muy difícil venir a Buenos Aires. En Ferro me probé una semana, me dijeron que sí y ahí arranqué. Al principio alquilaba una piecita en Floresta. No estaba mal, pero estaba solo. Y venir de tan lejos a una ciudad tan grande como Buenos Aires se complica. Encima, durante los primeros meses, me robaron tres veces.
y me pregunto: y si cambiamos la forma de probar jugadores.