Si hubo algo que me gustó fue ganarles jugando mal, ya que prácticamente agotamos todas las formas de joderlos.
Además disfruté viendo cómo ese chiquero inmundo estaba vacío pese a que necesitaron invitar hinchas, sino no iba nadie... el mosaico maltrecho para descansarnos por Boedo (que encima pareció una gastada vieja, tomando en cuenta el lógico presente) y la cara buscando excusas del fracasado, llorón y mal perdedor de Marcos Díaz.
Creo que este partido fue completo, no le faltó ni le sobró nada.