Noto también en tú relato una especie de sobrevaloracion de lo privado. Y su aparente menor corrupción.
Discurso que es amplificado por el sentido común, que en general emana de los medios.
Pero en la realidad nada está más alejado de la verdad. Puesto que se considera por ejemplo que a nivel mundial el 95 por ciento de la corrupción y de las operaciones fraudulentas están hechas por privados.
Más aún yendo al caso de nuestro país, hay alrededor de entre 300 y 400 mil millones de dólares de argentinos privados evadiendo por el mundo.
A otro quizás con ese discurso lo vas a convencer, pero en mi caso te va a costar. Saludos cuervos.
No quiero convencer a nadie, apenas traslado mi experiencia y opinión. El caso que citas de los Argentinos, es ilegal, no compactuo con la ilegalidad. No puedo trazarte un panorama considerando las ilegalidades. Tenés que entender que existen dos delitos, la corrupción activa y la corrupción pasiva. Generalmente la corrupción ACTIVA proviene de funcionários públicos (de este gobierno, del anterior y del anterior también) y la PASIVA, que también es penalizada, proviene del sector privado que muchas veces debe someterse a las reglas del juego (ver casos de Odebrecht en el mundo entero, inclusive con funcionarios públicos argentinos).
Intento establecer una discusión basada en nuevos modelos de administración, donde existe participación publica y privada, sociedades mixtas donde por ejemplo los socios podrían ejercer controles y conocer mas la situación del club.
Que el futbol argentino viva hace mas de 100 años no hace que el modelo sea el adecuado y si, como siempre, se ha utilizado políticamente el deporte para olvidarnos temas mas importantes de nuestra nación.
El modelo actual que sobrevive es el mismo que hizo ricos a los Alegre, Heller, Mieles y tantos otros hace mas de 30 años.
Finalizando, considero importante la discusión de un nuevo modelo mixto y no simplemente de las antípodas "público/privado" que en nada van a beneficiar al debate. Hoy el futbol no es público, tampoco lo fue ayer. Basta ver el precio de las entradas, el desastroso estado de los estadios (ir al baño es una odisea surreal) y la baja calidad de los servicios que recibimos de los concesionarios.
Reitero, no defiendo de forma alguna la privatización y si la jerarquización y profesionalización del futbol.