No sean demagogos, los brasileros jugaron cinco días antes con nosotros, algunos eran conocidos, y si no por lo menos les vimos las caras, los vimos competir y festejar, muchos los vieron en persona cuando vinieron al Bajo, fue más cerca y también menos esperable, porque aunque sea terrible y ojalá pudiera cambiar, en Africa la precariedad con que se vive es muy superior a la de nuestra castigada Sudamérica.
Al que le de lo mismo que se muera el vecino o que se muera un afgano en un bombardeo, bien por él.