Hay algo que es cierto, es increíble como a los arbitros le tiembla el pulso a la hora de dejarnos con un tipo de más. Ya van varios partidos que al menos, tendría que haber expulsado un jugador rival, o por reiteración de infracciones, o por uso desmedido de la fuerza, pero nada, siguen jugando con once.
Ahora, nosotros nos tenemos que cuidar. Una patadita de más, la ven todos y chau, un tipo menos.