Hasta aquí, por lo menos detrás de la erogación hubo un ascenso. No fue el caso de Atlético de Tucumán, el equipo que más gastó en vano. Invirtió cerca de $ 10.500.000 durante el semestre para, en última instancia, perder el partido desempate por el ascenso con Huracán. Al igual que San Martín, de San Juan, Atlético se sustenta con los auspicios que le brinda el gobierno provincial, encabezado por José Alperovich . Tuvo a varios jugadores con contratos por encima de los $ 100.000 mensuales y siempre se concentró en hoteles de lujo. Para seducir a los futbolistas de la Capital Federal, ofrecía hasta $ 5000 para alquilar sus casas en el Jardín de la República. Atlético pagará la fiesta que no fue durante el próximo torneo de la B Nacional. Le cuesta encontrar refuerzos de categoría y varios de sus mejores valores, Luis Rodríguez, entre ellos, son pretendidos por clubes de primera.
Unión fue el primer equipo de la B Nacional que certificó el ascenso. Lo hizo con Leonardo Madelón en el banco de suplentes y un equipo que insumió $ 1.700.000 cada 30 días, incluido el cuerpo técnico. "Fútbol para Todos aportó $ 600.000. El resto lo financiamos con recursos propios", detalló Marcelo Piazza, vicepresidente 1° del club santafecino. Aunque no tuvo uno de los planteles más caros, debió apelar a medidas antipáticas para cumplir con los acuerdos con los futbolistas: cobrarles un bono de $ 50 a todos los hinchas. "En la A, el presupuesto aumentará", agrega Piazza. "Rondará los $ 2.00.000, pero todavía no está cerrado", aventuró el directivo tatengue.
"Hicimos una inversión importante, pero desgraciadamente no cumplimos el objetivo", se lamentó José Gómez, presidente de Patronato, de Paraná. "El presupuesto era de $ 1.600.000 por mes. Ahora hay que adaptarse a otro formato y más viajes, por lo que lo bajaremos: estará entre $ 800.000 y $ 1.000.000", anticipó Gómez. Y precisó: "Llevamos adelante el plan de rescisiones de contratos que quería el cuerpo técnico. Los jugadores que tenían convenios firmados hasta el 31 de diciembre de 2015 cobraron hasta el último día trabajado".
Otro club mesopotámico, Boca Unidos, de Corrientes, se quedó a medio camino. Al término de la primera rueda, todo indicaba que la inversión de $ 9.000.000 en un plantel que contó con figuras como José Sand, Matías Escobar y Santiago Raymonda, entre otros, y cuerpo técnico redundaría en el primer ascenso de su historia. Pero no pudo ser. Por eso, ahora encara una fuerte reestructuración.
Una muestra más del cortoplacismo con el que se manejan las comisiones directivas en el fútbol argentino: lo único importante es ganar. Sin importar cómo
Sarmiento, de Junín, fue una de las revelaciones. Obtuvo el ascenso con un presupuesto razonable, medido, de $ 8.400.000 y regresó al círculo privilegiado. "Tratamos de maximizar nuestros recursos. El haber llegado a primera es un éxito de todos: jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas", admitió Diego Cifarelli, tesorero del Verde juninense. El club, que está saneado económicamente, subirá el presupuesto en primera hasta los $ 2.000.000 por mes. Además, encaró un agresivo reclutamiento de socios en el área de influencia de Junín. Proyectan llegar a 10.000 y, ya en la máxima categoría, dejar de perder dinero cada vez que juegan en el estadio Eva Perón.
"Nosotros duplicamos el presupuesto en agosto de 2014: pasamos de $ 600.000 a $ 1.200.000 sólo en los jugadores", informó Domingo Marzari, presidente de Independiente Rivadavia. En total, la entidad mendocina gastó $ 1.350.000 cada 30 días. "Ahora tenemos que ajustarnos y volver a la austeridad de 2013. El presupuesto de 2015 será de $ 700.000. Es lo que podemos pagar", anunció. "Hubo promesas incumplidas de algunos auspiciantes. Nos pusieron en un brete infernal: $ 5.500.000 de pérdida en seis meses", recalcó el directivo. Daniel Garnero, que entendió la nueva realidad económica del club, seguirá siendo el DT.
Crucero del Norte, de Misiones, llegó por primera vez a la máxima categoría en sus 11 años de vida. Lo hizo con un presupuesto mensual de $ 1.090.000. "Tenemos que lidiar con algo que yo llamo «inflación por desarraigo»: un jugador que a cualquier club de Buenos Aires y su zona de influencia le sale $ 40.000 por mes a nosotros nos cuesta $ 70.000", graficó Darío Guimaraes, mánager del club de Santa Inés, donde está emplazado su complejo deportivo. "En la A, el presupuesto estará alrededor de $ 1.700.000 mensuales", adelantó.
Guaraní Antonio Franco, el otro club misionero, pasó un semestre olvidable. Los $ 1.200.000 que le insumían por mes los sueldos de los jugadores y el cuerpo técnico suenan a utopía de cara a 2015. El equipo vio de lejos la pelea por los diez ascensos y la gerenciadora que aportaba fondos para el fútbol rescindió el contrato con el club a fines de 2014.
En Floresta se encontraron con una situación mucho peor que la rescisión de un contrato. All Boys, que a mitad de año descendió desde la primera división, apenas tenía ¡tres! pelotas para los entrenamientos. A los empleados les debían ocho meses de sueldo.
"Hay 900 cheques extraviados: las chequeras no están. Perdimos un predio en Ezeiza, que hoy tiene Boca. La cancha estaba sin regar y había una inhibición por $ 16.000.000", ilustró Patricio Trovato, presidente del club desde la tormentosa salida de Roberto Bugallo. "No hay balances, no hay nada? Estamos funcionando con libros nuevos", puntualizó. En ese contexto, los $ 1.180.000 por mes que la entidad pagó para intentar el ascenso parecen una fortuna.
La vedette del último semestre en la B Nacional fue Temperley. El equipo del sur bonaerense fue el más austero de la categoría y, aún así, consiguió volver a primera.
"Fuimos de los más austeros, pero ahora vamos a bajar el presupuesto: será de $ 750.000. Rescindimos muchos contratos altos", agregó Trovato.
Nueva Chicago , otro de los que consiguieron el regreso a la elite, pagó $ 1.050.000 por mes entre jugadores y cuerpo técnico. "Apostamos a lo institucional. Estamos en primera con ingresos de segunda y vamos a ser muy rigurosos en los gastos: $ 1.800.000 por mes. Los sponsors aportarán $ 800.000, y la AFA, $ 1.000.000", dijo Daniel Ferreiro, vicepresidente primero de la entidad de Mataderos. "El club tuvo siete pedidos de quiebra en tres años. Ahora pudimos vender jugadores y recién estamos saliendo a flote. Somos un club de barrio, sin apoyos. Esta gestión se caracterizó por firmar lo que puede pagar", agrega el dirigente de la entidad que entronizó a Christian "Gomito" Gómez.
Desde Pergamino aseguran que Douglas Haig, el club de la ciudad, "no hizo locuras". "En el fútbol profesional, gastamos $ 900.000 mensuales por todo concepto. En 2015, el presupuesto será un 15% superior. Acompañamos la inflación de un año", sostuvo Indalecio Godoy, vicepresidente 1° del club fogonero.
Pero la vedette del último semestre en la B Nacional fue Temperley. El equipo del sur bonaerense fue el más austero de la categoría y, aún así, consiguió volver a primera. "El presupuesto entre junio y diciembre estuvo entre $ 750.000 y $ 800.000 por mes", aseguró Sergio Gianturco, vicepresidente segundo del club.
"En primera, dispondremos de $ 1.800.000. Somos conscientes de la desventaja económica con la que Temperley va a encarar el torneo. Pero queremos suplir esa desventaja con una diferencia deportiva: sacrificio. Tenemos que estar preparados. Y queremos jugar en nuestra cancha: no queremos salir de ella con ningún equipo", postuló Gianturco. Temperley, que enhebró dos ascensos en un año sin grandes erogaciones ni inversiones rimbombantes, le hizo un riguroso honor a su apodo: el Gasolero.
Riquelme, como el presupuesto de Temperley: La cifra que cobró Riquelme por 6 meses en Argentinos Juniors es similar a la inversión de $4.800.000 de Temperley en el mismo período para lograr el ascenso.
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