Nada nuevo. La salud y educación, a los extranjeros, se cobra en todo el mundo y muy cara.
Recuerdo el año pasado, una turista argentina se desmayó en una calle de New York. Vino una ambulancia, enfermeros, la levantaron, la llevaron a un hospital. Suero, unas pastillas, un reposo de una hora y asunto terminado. La muy genia no tenía seguro de viaje. El costo por todo el servicio le costó la módica suma de 22.570U$S.