La dicotomía es muy interesante y trasciende el ámbito futbolístico. Ningún proyecto grande se puede hacer desde la tristeza, desde la mala fe, desde la desilusión, desde el disvalor.
Y un país soberano y justo es el más grande proyecto al que podemos aspirar.
Los que mandan en el mundo lo saben, por eso llenan de Ruggeris, de Infobaes y de clarines los grandes medios de comunicación de los países menos desarrollados.
No pasa sólo en Argentina el arte de desmoralizar a los pueblos.
Pero somos un gran ejemplo.
Esto no quita muchos errores y horrores de nuestro país.
Pero ya lo decía un radical, como Jauretche:
“El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza.”
"Nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos y los pueblos deprimidos no vencen. Por eso, venimos a combatir alegremente. Seguros de nuestro destino y sabiéndonos vencedores, a corto o largo plazo"
Arturo Jauretche
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