Por fin hoy fui. Me tocó la Sur. Salvo en algún momento en que la barra quería contrarrestar las puteadas y me dió bronca, lo que sentí fue una profunda tristeza. Todo mal. La gente cantó bastante y por momentos se prendieron casi todos, pero no era aliento, era más bien por los colores, que seguimos vivos al borde del jonca, nada de aliento. Pero repito que sentí tristeza, por todos menos por los dirigentes. Al salir charlamos un poquito con un par de hinchas y pensábamos qué más se puede esperar y pedir a estos jugadores, parecen cuerpos vacíos. Es desolador que lo único de fútbol, poquito eh, que esperaba era una buena pelota del Gordo que en el segundo tiempo fue otro desastre, tenía que haber salido antes.