Autor Tema: Textos de Eduardo Bejuk  (Leído 9928 veces)

Desconectado boedo locura

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  • sin el ciclon no se vivir (8)
Ya que se perdio el foro estaria buenisimo si alguno tiene los textos guardados ir subiendolos todos aca!

Nunca va a entrar.

Cayó el Muro de Berlín; Estados Unidos coqueteó con el default; descubrieron agua en Marte; ya no gobiernan Hussein, Mubarak y Kadafi; General Motors se declaró en quiebra y Harry Potter empezó a afeitarse.
Pero esa pelota no va a entrar nunca.

Arafat y Rabin se dieron la mano; se casaron Mafalda y Manolito; Hong Kong ya no es inglesa y Panamá dejó de ser yanqui; Fidel delegó funciones y una argentina va a ser reina de Holanda.

Y sin embargo, por más que todo cambie, por más barreras, mitos y leyendas que se derriben, por más inexorable que se anticipe la caída de la valla en ese último aliento que paraliza corazones y corta la respiración, por más que empiecen a gritarlo con la vehemencia de un niño que se manchó los pañales, no habrá lógica, ni matemática, ni ley física que se imponga al único mandato inalterable del fútbol argentino.
Padres.
 
Hijos.

Y el santo espíritu de la bandeja repleta de hermanos cuervos, siempre locales, siempre de fiesta, músicos locos con partituras de barrio, con la boca llena de hazañas, portadores de un legado que trascenderá las generaciones y sobrevivirá a la historia, por los siglos de los siglos.
Amén.

Orgullo Cuervo

No somos los más poderosos, ni queremos serlo (porque nuestra raíz está en el pueblo y ahí el poder se concibe de otra forma).

No ganamos tan seguido como otros, y nos resbala (porque el verdadero amor no transa con los resultados).

Nos fuimos a la B (porque el fútbol necesitaba una metáfora para la fidelidad eterna).

Nos vendieron la cancha (porque, después de levantar otra con nuestras propias manos, solos, entregamos una metáfora de la dignidad).
Todo esto es verdad. Y también esto...

Que nuestra hinchada (vos, yo, todos) es una leyenda mundial, admirada hasta por Maradona, única hinchada a la que Diego, en plena Bombonera, la hizo una reverencia.
Que nuestros jugadores llenaron las canchas de fútbol, en todas las décadas, con equipos inolvidables, decenas de goleadores, primer campeón invicto, primer bicampeón Metro-Nacional, campeón con más puntos en torneos modernos, único que ganó 13 partidos al hilo.

Que el Gasómetro fue el primer templo sagrado del fútbol profesional y que vive en la memoria de todos, Cuervos o no.

Que la campaña en la B, cuando recaudamos más que los equipos de la A, es un hito que seguramente jamás será igualado. Llenamos Vélez, Boca y River. ¿Quién más lo hizo? Que San Lorenzo nació hace 100 años para ser, en estos tiempos de dictadura pragmatista, el quijote de la sonrisa empecinada, el último bohemio de la poesía tablonera, el antídoto contra la desesperanza.

Eso es el Ciclón, pibe: la excusa más hermosa para celebrar los pequeños grandes momentos, ese rompecabezas existencial donde hay que saber ganar y perder, caerse y levantarse, sufrir y gozar, reír y llorar, y ser fiel, siempre, a los sueños y a uno mismo. No todo está perdido, pibe, si en la victoria o la derrota, en la angustia o el éxtasis, le das un beso a la azulgrana y gritás igual, el-Ci-clón, el Ci-clón, y ese océano de brazos apunta al cielo, ahí donde vuelan, invictos, los Cuervos de todo el mundo.

No te salves...(por Eduardo Bejuk)
No te salves.

Aguantate firme, estoico, fundido en la bandera como si fueras ella, sin lágrimas ni miedos, con la cara bella pintada de azulgranado metejón glorioso, el gorro como un casco, las venas como un río, y la sangre del mismo color que tu infancia, niño San Lorenzo con arrugas de viejo y sonrisa de madre.
No te salves.
Besate el CASLA que te brota del pecho y abrazá a tu hermano cuervo y saltá con él, volá con él, no dejes de volar aún en la angustia, porque sos casaca bajo el guardapolvo, poster en la pared húmeda con ídolos de papel y sos canción, garganta mutilada, nudillos rotos en el alambrado donde colgaste el trapo de tu ilusión.
No te salves.
Por el que te hizo Cuervo para siempre; por los hijos que criaste en esta santa religión de milagros, mártires y sufrimientos; por los caídos, por los que están naciendo, por los locos que te encontraste en esta tribuna de ingeniosos papelitos imbatibles, bombos y redoblantes, murga y carnaval.
No te salves.
Viví, sentí, celebrá, llorá, amá, cantá, puteá, soñá, morí, resucitá, abrazate, volvete loco, enamorate, sé como sos, pero no te salves, jamás te salves. Salvarse es ponerse a seguro. Evitar un riesgo. Escaparse de un peligro.
Vos quedate, como sé que te vas a quedar, hasta el final, hasta siempre, gritándole al mundo que a San Lorenzo lo habrán herido, lo habrán saqueado, le habrán atravesado un artero puñal lleno de mierda, pero que esta pasión, el intransferible amor que sentís por el Ciclón, no es por los títulos ni las copas. Que San Lorenzo, esa eterna metáfora de la vida misma, te enseñó a cagarte en el oro, el éxito prefabricado y los espejitos de colores de los nuevos ricos. Te enseñó a amar, soñar, llorar, sentir, putear, amargarte, celebrar, morir y renacer, te hizo hombre, te hizo humano, te contó la posta, con música de tablón y filosofía de barrio. Te enseñó a no salvarte. A quedarte ahí, abrazado al sentimiento que seguirás legando, de generación en generación, pase lo que pase, porque todos los días nace un Cuervito, acá, allá y en todas partes; y en toda calle hay un loco feliz, desbordante de pasión, borracho de optimismo, luciendo con orgullo la gloriosa camiseta de San Lorenzo. Y salvándonos de todo, para siempre.

No hay nada igual que vos

Soy un niño, soy un loco. Mirá cómo lloro, mirá cómo corro, y me abrazo, me arrodillo, rezo, vuelo, beso el CASLA transpirado de angustia y perfumado de amor y me trepo, puteo, lloro, lloro, lloro tanto y como un niño, como un loco, y de repente camiseta de piqué, mi vieja, su sonrisa mirando cómo juego a la pelota todos los santos días con la misma camiseta rota, gastada, azulgrana, y los posters que pegué, los escudos que dibujé, las bufandas que me tejieron, los gorritos que arrugué por amor a vos, Ciclón de mi vida, y vos llorás, no sé quién sos pero llorás, cuervo y loco, me abrazás, me besás, rodás conmigo y sos mi hermano, sos un loco, testigo apostólico de la enésima resurrección del San Lorenzo de todos los milagros de mi corazón, vení que nos abrazamos todos, los miles de la cancha, los millones del mundo, saltarines niños llorosos que no vamos a crecer nunca, gracias a Dios, gracias a San Lorenzo, no sufrás más, no llorés más, asomate a la loca fiesta de la sinfónica de Boedo, entonando sus cantos,revoleando sus amores, gritándole a los giles que no hay nada igual a vos, al éxtasis de tu gloria invencible, a la hermosa locura de tu cara feliz, no hay nada igual a esta tarde maravillosa donde vuelve mi viejo, el loco que me hizo cuervo, y no sé si llora o sonríe, pero ahí está, la puta madre, ahí está, y no tiene alas, ni canas, ni tristeza de aparecido. Es como un niño feliz, que lo sabe todo, por niño y por loco, y tiene puesta sobre el alma la camiseta de San Lorenzo.

(para vos, viejo, que hoy estarías de cumpleaños... y estás)
Eduardo Bejuk

amor




« Última Modificación: noviembre 20, 2013, 14:56:21 por boedo locura »

Desconectado Nicolas.Casla

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Es el que hace las columnas de tyc sports? es un fenómeno.

Pd: es "textos".
Vengo del barrio de Boedo, barrio de murga y carnaval...
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Desconectado boedo locura

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  • sin el ciclon no se vivir (8)
San Lorenzo


Tus labios formaron una o gigante en tu rostro. Te fundiste en un abrazo eterno con un desconocido. Lloraste y miraste al cielo recordando a un familiar que hoy no tiene la suerte de acompañarte en este difícil momento, pero que seguro está alentando desde arriba hasta quedarse sin voz. Los que no llevan estos colores en las venas nos miran como bichos raros, sin encontrarle una explicación a esta pasión que sentimos los hermanos cuervos, la que nos une más que nunca. Que va más allá de ganar libertadores y demás trofeos. Jamás entenderán el significado de esta locura. Sólo nosotros. Si desde la cuna te enseñaron que estos colores te iban a acompañar por el largo camino de tu vida. Apenas aprendiste a sumar y restar, pero ya sabías defender con espada y escudo la casaca azulgrana como un gladiador. Si sabremos lo que es sufrir, pero jamás bajaremos los brazos. Siempre veremos una luz al final del camino. A pesar de los tropezones, nos volvemos a levantar con más fuerzas que nunca. Es lo que nos llevó a ser verdaderos gigantes y a diferenciarnos del resto. Estaremos en las buenas, pero mucho más en las malas. Es justo ahí donde el verdadero sentimiento se refleja. En la tristeza, en la agonía, en el sufrimiento, cuando ya todos nos quieren ver escupiendo sangre en el suelo. Tenemos que estar más unidos que nunca, acompañando al equipo en este duro momento, que te the insomnio, retorcijones en la panza y te cambia el humor, pero hay que pensar que esto es una prueba más que nos pone el destino, para ver si la pasión que sentimos abandona nuestros cuerpos. Siempre seremos fieles a estos colores y está pasión será inexplicable.

El Estadio mas grande del mundo

Anoche tuve un sueño. Todos los Cuervos del mundo se abrazaban al mismo tiempo, y se estrechaban hombro con hombro con la ciclónica fuerza de sus almas, y formaban muros inabarcables, y se paraban unos sobre otros, en una perfecta arquitectura humana, cientos de miles, millones, Cuervos y Cuervas, padres e hijos, abuelos y nietos, tíos, sobrinos, amigos, desde Boedo hasta Madrid, desde Madrid hasta las Filipinas, desde las Filipinas hasta el último rincón del planeta, y esos muros iban subiendo hasta el cielo, y pasaban las nubes, y alcanzaban las estrellas, y éramos nosotros los artífices de los nuevos tablones, sin madera ni cemento, sin fierros para sostenerlos, tablones de sueños y avalanchas, de fe indomable, tablones infinitos azules y granas construidos por el maravilloso berretín de amar a San Lorenzo.

¿Estaremos locos de tanto soñar?

No. No te creas. Los dueños del optimismo futbolero, los quijotes de banderas azulgranadas, los eternos chiflados de canciones dulzonas, irónicas y abrumadoras, andan en eso. Y son capaces de todo. Por eso aquella marcha. Por eso este sueño hermoso. Por cada historia que te contó tu abuelo, por cada tarde que se paró sobre un tablón de Avenida La Plata y la garganta le quedó áspera como la madera; por el eco de los goles que todavía habitan allí, en el barrio de perfume reo, empedrado barrio que se empecina en ser como siempre fue; por cada imagen que les queda a los que conocieron el Gasómetro; por cada paisaje que imaginaron los que nunca pudieron conocerlo. Porque el Gasómetro sobrelleva la melanco del exiliado, pero también la esperanza del que sabe, bien adentro suyo, que algún día va a volver. Y con una sonrisa.

¿Imposible?

Proyectos de ley, miles de firmas, voces, marchas, bombas de estruendo que espantan miedos, las canciones de la resistencia, el asombro de los neutrales, el llanto de los que trajeron recuerdos en la solapa y, entre sollozos furtivos, no permiten que se marchiten. Son tantos. Son tan valientes.

Lo vamos a lograr. Todos saben que lo vamos a lograr.

Vos, Hermano Cuervo, lo vas a construir.

Si de un descenso escribiste un relato épico.
Si de de tus canciones se compone la banda sonora del fútbol argentino.
Si ya levantaste una cancha, reventaste las ajenas y pasaste todas las pruebas de fidelidad posibles...

Sé que estás comprometido con la nueva quijotada, embanderado de pies a cabeza, dispuesto a marchar mil veces, a gritar tu revancha, a derribar la prepotencia del terror con el puño cerrado de tu pasión pacífica. Hombro con hombro, surcando océanos, penetrando montañas, los Hermanos Cuervos de cada lugar se juntan como tablones, se elevan en armonía, encastran los brazos sudorosos para formar una masa compacta y así, en el éxtasis de un nuevo milagro, en el vértigo de las alturas imposibles, levantan el estadio más grande del mundo. El estadio del amor eterno. Y en Avenida La Plata, bajo el sol de una tarde cualquiera, un pibe se pone en la fila para entrar a la cancha, mientras el viejo la acaricia la cabeza.

*Para los que iniciaron esta epopeya, a puro sueño. Para los que eligieron acompañarlos, a pura emoción. Para todos los Cuervos del mundo.

Nota: Eduardo Bejuk trabajó para Olé y expresó durante varios años su pasión por San Lorenzo en la columna "De Frente". Este texto es un regalo que le hace a todos los Cuervos del mundo




« Última Modificación: noviembre 20, 2013, 15:16:44 por boedo locura »

Desconectado boedo locura

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  • sin el ciclon no se vivir (8)
Es el que hace las columnas de tyc sports? es un fenómeno.

Pd: es "textos".

Gracias , ahi lo cambie jaja me salvaste del papelon

Este tipo escribia en el "De Frente" del diario Ole
« Última Modificación: noviembre 20, 2013, 15:16:55 por boedo locura »

Desconectado Verdechia

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Excelente pluma Eduardo. Al que le interese puede seguirlo por twitter tambien: Edu Bejuk ‏@Edubejuk

Desconectado tommy_casla

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  • ETERNAMENTE IDOLO.
Este tipo me eriza la piel, dejo una obra de arte:



El que no salta...

Yo no salto. Yo me fui a la B. Me quedo parado, sigo ahí, firme, como esa tarde en Ferro, penal puñal que nos atravesó las tripas (no el alma), y sepan que ahí mismo empezó la prueba de amor más grande que conoció nuestro fútbol. Yo no salto. Imposible. Porque estoy en River, apretado con 70 mil personas más; y en Vélez, con otras 50.000, y el codo a codo tiembla con un SanLoreee, una hinchada que no se consigue en 1. Yo no salto. Me deslizo en cada avalancha, cabeceo con Rinaldi, descuelgo el centro con Cousillas y grito cada gol como Insua: con el corazón. Yo no salto, como saltan nuevos ricos o aristócratas venidos a menos, pobres al fin, que se emborrachan con sus Copas y no sé qué más, y pretenden enrostrárselas a La Gloriosa. Salten, nomás, por ahí nos alcanzan. Estamos allá arriba, volando, donde amanece de cintas y papelitos, donde la fidelidad es canción y pacto cumplido, donde la tristeza se hace añicos con sonidos de bombo y redoblante. Yo no salto. Nosotros no saltamos. Para qué si hace 25 años llegamos —y nos ganamos— el Cielo.
LA VUELTA A BOEDO ES UNA REALIDAD

Desconectado campogibraltareño

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  • Andalucía es mi tierra, yo soy del Sur.
Este tipo me eriza la piel, dejo una obra de arte:



El que no salta...

Yo no salto. Yo me fui a la B. Me quedo parado, sigo ahí, firme, como esa tarde en Ferro, penal puñal que nos atravesó las tripas (no el alma), y sepan que ahí mismo empezó la prueba de amor más grande que conoció nuestro fútbol. Yo no salto. Imposible. Porque estoy en River, apretado con 70 mil personas más; y en Vélez, con otras 50.000, y el codo a codo tiembla con un SanLoreee, una hinchada que no se consigue en 1. Yo no salto. Me deslizo en cada avalancha, cabeceo con Rinaldi, descuelgo el centro con Cousillas y grito cada gol como Insua: con el corazón. Yo no salto, como saltan nuevos ricos o aristócratas venidos a menos, pobres al fin, que se emborrachan con sus Copas y no sé qué más, y pretenden enrostrárselas a La Gloriosa. Salten, nomás, por ahí nos alcanzan. Estamos allá arriba, volando, donde amanece de cintas y papelitos, donde la fidelidad es canción y pacto cumplido, donde la tristeza se hace añicos con sonidos de bombo y redoblante. Yo no salto. Nosotros no saltamos. Para qué si hace 25 años llegamos —y nos ganamos— el Cielo.


Es genial.

Desconectado cuervito_19

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Soy el Gasómetro

 Soy el Gasómetro. Luego, existo. Y existiré por siempre, con cara de nene y arrugas de viejo. Porque los fierros –como las copas– se oxidan; y los tablones quizás se pudran, y las baldosas quizás se rompan, y el pasto quizás se seque. Pero a mi alma –que es mi pueblo loco azulgrana delirante de la cabeza– la sé infinita, un planeta que gira sobre una utopía, un río que inunda una plaza y la rebalsa, un grito de los que bailan, de fiesta y en pedo, sabiendo que vamo’ a volver a Boedo.

Soy el Gasómetro. Una leyenda. El primer estadio de la Selección. El primero de la tele. El Wembley porteño. La pista de baile de Farro-Pontoni-Martino (con el Papa Francisco en la tribuna), el patio de juegos del Nene Sanfilippo, el dulce barro donde chapoteaban los Carasucias y el Woodstock donde los Matadores se juntaban a tocar, en paz y amor con el mejor fútbol.

Soy el Gasómetro. Una fiesta. Un carnaval. La guitarra de Santana, el bandoneón de Troilo, la poesía de un empedrado ya sin tranvía, una luna perfecta de mil amores, las caravanas del Ascenso que nadie supo imitar, el sueño descolgado de aquel 79, cuando trajiste a tu hijo a la despedida, que creyeron adiós pero será hasta pronto.

Porque vuelvo, muchachos, ya sé que vuelvo. Gracias a ustedes, que soy yo mismo. Les cuento el futuro, yo que conjuré el pasado: hay pibes, hay grandes, hay chicas, hay madres, sosteniendo las banderas y rezándole al Padre Lorenzo; hay humo de choris y porciones de pizza, masticadas de apuro porque el aire ya huele a papelitos, a cintas blancas, al bombo del miralá que linda viene, miralá qué linda va, ruge la popu, dale Ciclón, resuena mi nuevo cemento tan raro, y soy feliz, feliz de que te subas, feliz de que te cuelgues de mi alambrado, feliz de aprenderme las canciones más lindas del fútbol mundial, Cuervo que me acariciás de ingenio, Cuerva que me amás como a un novio, dale Ciclón, dejá la vida, y dejá mil surcos de tantas vueltas que pensamos dar de la mano, vos y yo, en fiel avalancha, usted que me conocía, vos que aprendiste a soñarme.
 

Soy el Gasómetro, ¿sabés de qué barrio? Del glorioso barrio de Boedo; soy el Gasómetro, piel de San Lorenzo, el único sueño concebido por el hombre que puede verse desde el Universo.   

Desconectado boedo locura

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Sólo comprende mi locura...
Quien comparte mi pasión. Y quién mejor que el gran colega Eduardo Bejuk para expresar sentimientos de alas negras en estos momentos, para contar, decir y explicar lo que pasan por las cabezas y/o los corazones del pueblo azulgrana. Hermano Cuervo, gracias una vez más...

Tenemos mil de éstas. Y millones de las otras.

Nos arrebataron el templo, sin espejitos ni colores; nos arrinconaron fuera de Boedo, y nunca nos fuimos. Lloramos un descenso y, al mismo tiempo, juramos amor eterno, en las malas mucho más. Desengaños, choreos, cangrejeadas, derrotas dignas, el siemprestareatulado San Lorenzo querido que curaba heridas, mientras nos hundían el cuchillo en la carne. Nacimos para sufrir, me dijo un veterano, pero vivimos para resurgir, agregó con una sonrisa, y mi viejo me contó antes que nada que no importaba sólo ganar, sólo los títulos, sólo la copa de mierda que se ofendió porque una vez la regalamos; tenía que aprender, en el apuro de mi niñez, que San Lorenzo era una metáfora de la vida: ganar, perder, caer, levantarse, bancar, soñar, creer, rezar, llorar, reír y volar, en alas de Cuervo, sobre los tristes postulados mercantilistas. Así que nunca llores de tristeza, me dijo, solamente de alegría. Ponete la camiseta en la más fiera; gritá con ganas en las más chivas; y que nadie te venda lo contrario: si sólo importa ganar, tu amor no vale nada. Si vas a ser de San Lorenzo, vas a sufrir miles de éstas. Y vas a gozar millones de las otras:

Ser parte de la hinchada que inventó casi todo; más grande que un pueblo; más gloriosa que su propia leyenda; llena estadios para ser campeón; llena plazas para construir su templo; hace leyes; hace historia; y no se rinde jamás. No lloramos de tristeza, viejo, quedate tranquilo; si me ves lagrimear, es sólo por esta mezcla de locura, amor y orgullo, por un CASLA que me parte el pecho, y por toda esta gente, campeona mundial de la alegría, que se merece el cielo. Gracias por hacerme del Ciclón. Ahora, que lo comprendo todo.
Fuente: Eduardo Bejuk

Desconectado cuervito_19

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El orgullo más grande

Goles no podés hacer. Sos muy joven o muy viejo. O poco dúctil. Y si te calzaras la azulgrana, te temblarían tanto las gambas, te sudaría tanto la piel pegada al CASLA, que la primera pelota la mandarías muy lejos, cerquita de la nube donde se ríe Soriano. Eso de los goles dejáselo a Bernie, que no sé si metió cien o 99, pero para mi garganta fueron un millón.
Gambetas no podés tirar. Las soñaste todas las noches, cabeza en la almohada, piyama que es camiseta; pero en la vigilia la cosa es diferente, no sale, se complica; así que mejor dejáselas al Pocho, que no nació en Boedo –igual que Romeo– pero le crecieron alas de grande. Y vuela alto, junto a nosotros los Cuervos.

La Copa no la podés ganar vos solo. Aunque si pudieras, para que nos *****  recontra bien las pelotas, irías hasta la vitrina donde la tienen exhibida y la traerías a punta de pistola, para fundir su metal (al tiempo que te tomás los genitales) y hacer un busto del Padre Lorenzo Massa; porque todo bárbaro si la ganamos algún día, pero qué me importa si la gloria –la verdadera, la que no se oxida– anida en otro lado.

No le vas a hacer ocho goles a Juniors. Ni vas a decretar el vigésimo sexto descenso de su hermano menor. Ni vas a silenciar atrozmente un plumífero reducto como lo hizo Gonzalito, aquella noche de la que todavía guardo resaca.

Vos, Hermano Cuervo, ingenioso e hidalgo quijote de mil batallas, siempre supiste qué cosas podías darle a tu San Lorenzo querido. Fidelidad, locura, sonrisas, lágrimas, pasión, amor... Y también qué cosas, por más rebuscados que fueran los sueños, quedaban vedadas... Lo que jamás habías soñado –hasta que un montón de locos lindos lo hicieron por vos– es que podías devolverle el alma. Y darle el soplo de vida que lo haga inmortal.

Un metro. Dos. Medio (con un amigo). Un cuarto de metro (en familia). Los que puedas, los que alcances a pagar –¡vamos que ya termina la posibilidad de hacerlo en 36 cuotas!–, cada porción de Tierra Santa es tu mundo, el de los goles que van a venir, el de un Correa ya grandecito e imparable, el de un Bergessio con canas, el de Pipi como sea –pero infaltable–, el de tu viejo llorando con nostalgia de tablón, el de tu vieja tejiéndote la bufanda imbatible, el de tu hijo asombrado, pegado al alambre, porque acaba de descubrir su nuevo amor, bajo el sol maravilloso de Avenida La Plata.

Imaginate las dulces avalanchas, abrazado al desconocido de siempre, bañado de serperntinas, borracho de papelitos; pensá en el césped surrealista, igualito al que pisaban Los Matadores; hacé tuyo el mismo barro donde chapoteaban los Carasucias, ahí donde Buffa abre el surco del sudor irrenunciable; y el arco del gol de taco –Sanfilippo a su hijo–, y la tribuna que pateó tu abuelo, y el bar de Eduardo, siempre estoico, allá enfrente, donde paramos un ratito antes de zambullirnos en el delirio. Viggo, sentado allá, escribe un verso, encapuchado en su bandera.


No hay gol más importante, ni Copa más gloriosa, ni gambeta más hermosa, ni orgullo más grande, que formar parte de esta leyenda. La insuperable leyenda de San Lorenzo de Almagro, a caballo de su enésima utopía, y sin dudas, la más linda. Dale un metro, o los centímetros que puedas, al Ciclón de tus amores. Y que se haga el milagro, por obra y gracia del espíritu Cuervo, allá en Roma, como en Boedo.

Desconectado Corbenik

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  • Elijo creer.
Al día de hoy lo leo y me pongo a lagrimear como un boludo.

Nada está perdido


Este dolor es parte de nuestro ser. Cada tanto, un vía crucis. Sufrir. Tragar saliva. Archivar un sueño. Es así. Ahora fue tener a la histérica y maldita tan cerca, más cerca que nunca, y comerse otro desplante. Pensé que se nos daba este año... El día que la ganemos, nada de besarla. Habría que fundirla. O empeñarla, y donar la guita a un comedor. Tanto rencor que acumula, casi medio siglo ya...

Conmovedor esfuerzo el de anoche, como tantas veces. La hazaña estuvo a un paso, pero es la Copa. Siempre así. Una desgracia. Igual, sé que se terminó un ciclo, que ahora saldrán a la luz problemas internos, que muchos se irán y otros se quedarán. La injusta expulsión de Torres preparó el terreno para otro milagro. No lo hubo en la cancha. Pero lo habrá afuera, en las tribunas, en cada Hermano Cuervo. El milagro de siempre: un amor obstinado que sobrevive a las tristezas más profundas.

Joven Cuervito que recién empezás a volar: esto es así, ya te habrán contado. Más malas que buenas. Aguante en serio. Ilusiones traicionadas. Como la vida. Pero si hoy te ponés la del Ciclón, si salís a la calle con la más hermosa de las camisetas, la que revoleaste en tantas jornadas de gloria, seguirás demostrando que te cagás en el oro, en la mercantilista imposición de ganás-o-no-servís, en la pasión artificial, y que preferís envolverte en la azulgranada bandera de la dignidad, en ese sentimiento que no se oxida como una copa vieja. Ser Cuervo es ser una metáfora.
Es gritarles a los pusilánimes que hay esperanza, que nada está perdido, porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo.

Nothing can happen till you swing the bat.

Desconectado Verdechia

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Joven Cuervito que recién empezás a volar: esto es así, ya te habrán contado. Más malas que buenas. Aguante en serio. Ilusiones traicionadas. Como la vida. Pero si hoy te ponés la del Ciclón, si salís a la calle con la más hermosa de las camisetas, la que revoleaste en tantas jornadas de gloria, seguirás demostrando que te cagás en el oro, en la mercantilista imposición de ganás-o-no-servís, en la pasión artificial, y que preferís envolverte en la azulgranada bandera de la dignidad, en ese sentimiento que no se oxida como una copa vieja. Ser Cuervo es ser una metáfora.
Es gritarles a los pusilánimes que hay esperanza, que nada está perdido, porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo.

Sencillamente brillante. Que cada uno de nosotros lo lea el domingo a la mañana y lo que pase a la tarde sera otra jornada mas de nuestra gloriosa historia, pase lo que pase.

Desconectado villu_cuervo

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Acá les dejo otro maravilloso texto:


Dame una mano, viejo.
Dame una mano, Dios.
Dicen que somos boleta.
Los otros, viste, los que nunca entienden nada.
Dame una mano.
Boleta las pelotas.
Te prometo dejar de fumar; de tomar birra; me rapo; me tatúo; me voy al Vaticano, un poquito a nado, un poquito a pie.
Ni siquiera estoy ahí, en la oeste gelidez donde mi sueño se acuna, para darte mi mano, mi garganta, mi alma.
Así que dale, dame una mano, que ese tipo de ahí –el anciano viejo cuervo, el nene pecoso de santa inocencia, el pendejo con tatuaje del Pipi en la espalda, la chica de remerita CASLA ajustada y bamboleante– se lo merecen más que nadie.
Dame una mano.
Por favor.
Es para los que ignoran de qué barrio soy.
Que vean Boedo de fiesta, desbordado hasta San Cristóbal y el Parque, bañado en su champán de siempre, tan glamoroso como el vino de mis viejas hazañas.
Que nos envidien hasta el pecado.
Que nos pregunten por qué tanta locura, por qué tanto amor por estas rayas azulesgranates pintadas sobre mi facha magra, indelebles, color infancia, color barrio, color tribuna sudorosa y fraternal, donde el pobre es rico y el rico, un obrero más en la fábrica de ilusiones cuervas.
Una mano, dame, por el amor de Dios.
Ahora que nadie cree, ahora que el tipo la para, le pica cerca, se acomoda, se perfila, tarda un segundo, un minuto, una hora interminablemente terrorífica, y saca el derechazo como un puñal, mientras las venas se contraen, mientras el mundo se detiene en un fragmento de película cruel, ahí se produce el milagro de mi San Lorenzo querido, carajo, que es su pueblo, sus voces que hoy no están pero que intuyo.
Una mano, te pedí.
Y la zurda de Torrico, crispada de rabia, gloriosamente cuerva, es pared, es desahogo, caricia al corazón, burla al exitismo, es la mano que tenía que llegar ahí, como regocijo para los locos que nunca pierden la esperanza, ni el amor por estos colores, que en un ratito van a inundar al mundo.
Faltaba un minuto.
Te pedí una mano.
Y de nuevo, San Lorenzo tan mío, me hiciste llorar de emoción.



*Para los campeones, que somos nosotros. Y gracias, Torrico querido.

http://img101.imageshack.us/img101/5339/firmavillu.png

...el hecho de perder por cuestiones deportivas es inobjetable, el fracasar por egos personales o peleas económicas es imperdonable...

Desconectado Lafe

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El de Tita lo tiene alguien? Yo había hecho un post que tenía muchísimas de Edu pero se perdió se ve
...Porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo".

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hola! dejo los que tenia guardados

Mi héroe, el Diez

Vos sos mi héroe. Vos que llorás, con el corazón latiéndote en la mano, con la pierna herida pero mágica, con el alma pintada de los mismos colores que yo. Vos sos mi héroe, porque gambeteás donde yo no puedo, porque amagás como yo no sabría, y te burlás de los rivales que me hieren, les sacás tu lengua de potrero y no te agarrán más, petiso de mil diabluras, porque los héroes son invencibles.
Vos sos mi héroe, de diez en la espalda, de tatuaje en la piel, que se carga en los hombros las toneladas de un equipo derrotado. Y le cambiás la historia a mis días de cuervo sufriente, de tarde imposible contra Ñuls, cuando tiraste el centro con el que cabeceamos todos, en avalancha, en palomita, arrastrando tu amor propio con una dignidad así de grande. Y lloraste como un niño, lagrimeaste como un hombre, después de salvarnos del abismo.
Vos sos mi héroe, de carne y hueso, falible, con claros y oscuros, humano, sentimental, el del poster en la pared, el de la foto en la carpeta del colegio, el indomable de hace una década, el vulnerable de estos tiempos, pero irrompible, Pipi, irrompible aunque te rompas, imbatible en mis delirios de cuervo enloquecido, te vimos crecer, te vimos irte, soñamos con tu vuelta y te tocó ser símbolo, en las jornadas de angustia y desánimo, con malabares de clown sobre la cuerda floja.
No desesperes por goles, no apurés las gambetas, guardá los tacos y firuletes en tu bolsillo de mago, que el pueblo de Boedo ya no quiere exigirte milagros. Quiere verte, simplemente, una vez más sobre el césped de nuestros sueños. Y que te brille la diez en la espalda, acaricies la pelota como un tesoro y nosotros podamos gritar tu nombre, Pipi Romagnoli querido, heroico y maravilloso, a pesar de los años y los momentos vividos...



Soy de Boedo

Venía subiendo, por la dulce curva del empedrado, con un cuervito en los hombros y el gorrito transpirándome la frente, cuando el aroma de Boedo me impregnó la piel, mezcla de pizza café mostrador y billar, ecos de carnavales, tambores de murga y luna llena, reluciente como los trapos que bajan desde arriba, en el último escalón de cemento desde donde veo todo, los que están y los que volaron a mi cielo, ángeles guardianes de la vuelta, Sorianos poetas, Pappos violeros, un Cacho atorrante que me chamuya la historia más hermosa, aquella locura que inventaron los que coparon la Plaza, los que pintaron las calles de capricho azulgranado y bautizaron en el nombre del Padre Lorenzo a los ateos de sueños caídos, y apretate que ahí sale, loco, el 11 de mi vida de impecable camiseta a rayas, en José Mármol un grupito absorto que no entiende tanto amor y de este lado, por Avenida La Plata y alrededores, la multitud de cuarenta mil cabezas que sopla su Ciclón de bienvenida y me tapa, con humo, con estruendo, con trozos de papel al aire y banderas, ruge Las Casas y tiembla Inclán, dale, saltá, llorá, gritá como un nene la pasión que llevás en las venas, la de tu viejo, la de tu hermano, la de millones que construyeron cada metro cuadrado de utopía, ¿cómo nos ganan, viejo, cómo nos van a ganar en este templo? Habrá siete maravillas en el mundo del fútbol, y miles de lugares históricos, y de monumentos, pero sepan que sólo uno resucitó del olvido, levantado por su pueblo, un 15 de noviembre de santa borrachera. Es la única obra hecha por el hombre que puede verse desde el espacio, porque hay millones de Cuervos que la sostienen, brazo con brazo, sueño con sueño, y son tantos y tan fanáticos y tan orgullosos de su Gasómetro, que hicieron de Boedo una montaña de sentimiento, para que los ojos que los admiren se pregunten de qué barrio son.



Inolvidable Bernie

No te angusties, Cuervo, que ya van a venir.
De cabeza, mano a mano, de rastrón, de palomita, al ángulo, todos sabemos que ya van a venir. Porque Bernardo Romeo nos acostumbró así, con ese ceño reconcentrado de sabio, las piernas cortitas entrometidas, la calva reluciente de sudor y una gigantesca hinchada que le tiene tanta fe, que lo sabe salvador, y que prepara el grito sagrado para revolcarse, en una marea de santa locura, por culpa de Bernie y sus goles legendarios.
Parece un duende terrible, escondido bajo la camiseta, de 9 que no perdona, de alarido preparado de antemano, saltarín de la noche de Caballito, allá por 2001, cuando fumigó al Bichito con dos cocazos y me dejó ser campeón, y salió gritando como le gusta, con los brazos extendidos y cara de enojado. Pero por dentro, Bernie se reía. Siempre a carcajadas, de cara al gol.
No necesitaba mamar de esta cuna para convertirse en Cuervo. No precisaba más goles para estar ahí, en el área con Sanfi, metiendo diagonales con el Lobo, pidiéndole el pase a Mamucho y trepado al alambrado para celebrar con nosotros, que contamos cada gol como propio, uno a uno, esperando que nuestro ídolo llegara a la centena y se retirara en andas, sobre los hombros de todos los cuervos que lo amaron tanto, porque siempre fue leal, porque nunca nos traicionó.
Pero fue distinto. Y todavía mejor. Porque Bernie, desde afuera, como nosotros, como el hincha que le enseñamos a ser, sufrió, gritó, ayudó y contagió, se hizo tan Cuervo que se quedó a vivir, en el nido donde ya permanecen sus goles, en cuadritos, en la memoria, en los raspones que todavía tengo en la garganta. Y si no llegó a los 100 es para seguir soñando, para dejarnos latente la ilusión de un nuevo grito, de otro golazo, del próximo festejo del inolvidable Bernardo Romeo.


Los alquimistas de Boedo

Si pudiera apretar este 2012 en un puño, ahí donde guardo el rosario de mis rezos angustiantes, mis festejos de gol sobre la hora, ese grito visceral de mi enfermedad por San Lorenzo (que es la cura de todas las tristezas), ahí cabría la metáfora perfecta. Sufrimos para después gozar. Morimos para renacer. Y le abrimos el telón a otro acto de nuestra épica, para ser todavía más grandes.
Lo que pueda ser un velorio, lo vamos a convertir en fiesta.
Las que puedan ser partituras de marcha fúnebre, las vamos a convertir en himnos, atorrantas músicas del coro sinfónico de Boedo, que se extienden por el mundo como una bandada de cuervos enloquecidos. Te juro que en los malos momentos, siempre, pero siempre, Ciclón de mi vida, te voy a acompañar.
Los que puedan ser tablones vacíos, los vamos a reventar, a llenarlos de palmas sobre la cabeza, locos en cueros, sudorosos, de venas hinchadas, que se bancaron todas y que no le temen a ningún fantasmita azuzado por los que no entienden nada, carentes de plumas negras y lustrosas, ahí donde resbala el miedo y la desesperanza.
El que pueda ser un equipo vencido, lo vamos a levantar; mostrame la calculadora y yo te muestro el corazón; cargame y yo te silencio con el rumor de esta leyenda que nos legaron nuestros viejos; dame motivos para desangrarme y yo te abro las venas solito, para mostrarte que es azul y roja la sangre que me corre, que me invade, y que si grito un poco más, si me desgarro la garganta en la próxima avalancha, le contagio este delirio a los jugadores. Y ganamos, carajo, vas a ver que ganamos...
Entonces no hay descenso. No hay tristeza. No hay vacío. Y los viejos lloran de emoción, con las manos entre las canas, abrazados a sus nietos. Y los pibes se trepan al alambre, dibujándose el tatuaje de CASLA sobre el pecho. Y las madres guardan el rosario, en el puño donde cabe este 2012 inolvidable, y agradecen al cielo este arco iris de pasión, esta maravillosa manera de ver la vida a través del amor por San Lorenzo. Es un prisma de dos colores, que en realidad son todos, y que en las tardes soleadas de domingo me recuerdan a mi infancia.
Inventen cualquier excusa para representar un drama, y los eternos, invencibles y delirantes alquimistas de Boedo lo van a transformar en una comedia con perfume de barrio, de murga y carnaval; ahí donde los fantasmas desaparecen, y donde los espíritus de San Lorenzo –los únicos que sobrevuelan sobre Avenida La Plata, ahuyentadores de todo mal– te recordarán por qué sos cuervo, por qué lo serás por siempre, miralá que linda viene, miralá qué linda va.


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Bersos sin Biolencia

Sobran todas las palabras
Una luz de terror se refleja
El alma emite una queja
Ruedan lágrimas, el quore quema
Tu hijo es mayor y te deja
Es la ley de la vida´que pena

Extrañare tus goleadas en contra
Noches parcas de melancolía

Extrañaré ver tu H tan grande
La platea de en frente vacía

Cuándo volverás, oh, hijo mío?
Labrarás tu camino ya solo
Andarás por senderos de lodo
Salra, Arrecifes, Mendoza
Incluso Gerli, también San juan
Con tu trémula sonrisa
Oh, hijo, cuántos paisajes verás.

Cuándo volverás oh hijo mio?
Olvidarás a tu padre de primera?
No pienso hacerlo yo, de veras.

Te seguiré...
Rastrearé tu señal, te prometo
En la radio con Jorge Bullrich
Si es TV´con Walter Nelson

Ahora que compruebo tu adiós
Rueda llanto, vos tanto me diste
Recordaré lo feliz que me hiciste
Oh, hijo mío, que grande ya sos
Y te vas a forjar tu destino
Oh, tierno hijo, quedate tranquilo
Si gano otra copa, será para vos.

Dale, Pipi

Volvé, dale, volvé, que todos los corazones están en vilo por tu regreso. Escuchalos en la tribuna, con el latido que los hace inconfundibles. Y gloriosos.
Pisá la cancha, aunque sea un ratito, con tu chuequera de diez en la espalda, la pierna magra pero maga, el botín brillante, lustrado para tu vuelta que nos desvela a todos.
Vinimos a verte, con ansiedad de fútbol perdido. Y no te pedimos más gambetas que las posibles, ni más caños de los exigibles. Nada más entrá, jugá un ratito, tocá, corré, divertí y divertite, sudá tatuajes que del baño de ovación nos encargamos nosotros.
Te vimos volar desde chico, aquel vamos vamos los pibes donde estrenaste flequillo, y sonrisa pícara, y zig zag con la pelota atada a tu destino, potrero puro, como el de antes, para sacarnos sonrisas en un par de segundos. Desde entonces jamás olvidamos tu nombre, aunque siempre preferimos llamarte por el apodo. Ni Leandro, ni Romagnoli. Simplemente, Pipi.
Y nos deslumbraste con cien trucos inolvidables, con malabarismos de campeón 2001, y cuando te fuiste quedó un vacío que no se terminó de llenar nunca. Hasta que volviste, más maltrecho que antaño, un héroe diferente, más terrenal que indestructible.
Y nos gustó más esa versión, Pipi, mirá lo que son las cosas. Porque en el lamento del descenso que arremetía, cuando más quemaba la bocha, vos pusiste el pecho y quedaste en carne viva, con el corazón en una mano, y el CASLA invencible en la otra. Fue ese día de leyenda, el 3-2 a Ñuls, cuando más te metiste en todos nosotros. Por cada lágrima, por cada gambeta, por cada pase-gol que inventaste, fuiste más ídolo que nunca, más diez, más San Lorenzo. Así que dale, volvé de una vez, calzate la azulgrana y acariciá la redonda. Quiero verte otra vez, Pipi, y no te vayas nunca.

Fantasma, conmigo no!

Rajá, fantasma, rajá. Yo soy San Lorenzo, ¿entendés? Grande. Unico. Irrepetible. Matador invicto. Camboyano temerario. Carasucia feliz. Cuervo desde que mi viejo me llevó la camisetita a la cuna y me lloró la primera lágrima ahí, en el piqué azulgranado que me parió. Rajá, fantasmita, que no tenés ni para empezar. Yo sé sufrir, la gloria no me la regalaron: la sudé, la lloré, la busqué desagrándome, volví de la B, reventé los estadios, levanté una cancha, me desaparecieron la otra pero yo soy mago, alquimista de sentimientos, santo de mil martirios y resurrecciones, y la voy a hacer aparecer ahí, justo donde estaba, y voy a gritar tantos goles, y voy a dar tantas vueltas, y voy a lastimar tantas gargantas a puro grito por el Ciclón que vos, pobre fantasma sin alma, por fin vas a entender lo que te estoy diciendo: la bandada de cuervos de todo el mundo, alas desplegadas, graznido de guerra, se avalanza sobre vos para protegerme de toda acechanza. ¿Te creés que soy como los otros? ¿Te creés que me van a dejar solo? Ya te humillé cuando jugaste a matarme, sin darte cuenta que por ellos, siempre por ellos, tengo la inmortalidad asegurada. No te atrevas, iluso, que ya preparan la avalancha.

San Lorenzo 1 - Juniors 0

Subite a esta montaña rusa, HIJO MIO, y experimentá la locura de ser de San Lorenzo. Vivís, morís y renacés, todo en el mismo instante, mágico y sagrado, único y palpitante, dale que PAPA te paga la entrada si te animás al vértigo y te ponés azulgrana.
Piel de cuervo, rehén de toda esperanza, es la gloriosa bandada que desanda Catamarca: va como un Quijote, con el orgullo invicto, y te explota la cancha, desgarra la garganta, porque las copas se oxidan, la honra se defiende o se mancha, pero la esencia de un sentimiento no perece jamás en las malas. Algún día lo entenderás, cuando seas más grande.
NO LLORES, HIJO MIO, si te aplastó la avalancha, que ahí vuelve el aire, espeso de grito de gol, húmedo de lágrimas que de alegría te refrescan el Casla, bombeando en el cuore, tocado por un ANGELITO que bate las alas y no lo alcanzan, y se ríe, y vuela, y nosotros con él, Padrenuestro que estás en el césped, maravillado sea Boedo, fíjate qué lindo se pone este cielo, pletórico de Cuervos en pleno festejo.
NO HAY ROMANce como éste, PADRE E HIJO en sintonía: un siglo de armonía, en el Universo del fútbol nuestro. Volá, Cuervo, volá, con Torrico de palo a palo, volá que no hay tristeza, que estamos hecho de utopías, que vuelan todos, tu viejo, tu abuelo, tu hermano, vuelan por Cuervos, por Angelitos, por locos, por soñadores de tablones nostálgicos, vení, Torrico, volá y sentí, el loco berretín, que tenemos para vos.Nacimos para sufrir, para gozar y para sentir. Nacimos Cuervos, de un Ciclón que surcó mil sueños, de Avenida La Plata al mundo, allí donde un loco se aferre a su bandera.
Ya lo dijo Francisco, Santo Padre y de San Lorenzo: todos somos hermanos. Y los Juniors, hijos nuestros...

saludos!

Desconectado tommy_casla

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La del fantasma es increíble.  Sobre todo por cuándo se hizo y con el desenlace que todos conocemos.

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LA VUELTA A BOEDO ES UNA REALIDAD

Desconectado cuervo_lynch

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Conmueve este tipo!!!

Saludos  :casla:

Desconectado pablo_azulgrana

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nadie más tiene textos? son increíbles, un lujo leerlos y releerlos.
Volver a Boedo esa es mi ilusión  ...


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Desconectado tommy_casla

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nadie más tiene textos? son increíbles, un lujo leerlos y releerlos.
Acá en su perfil de Facebook hay algunos:

https://www.facebook.com/eduardojose.bejuk/notes
LA VUELTA A BOEDO ES UNA REALIDAD

Desconectado Lafe

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Nunca más encontré el de doña tita y la c*pa. Si alguien lo tiene....
...Porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo".

Desconectado pablo_azulgrana

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Nuevito nuevito... una locura este texto.


Si no fueras de plata, habría jurado que te vi llorar.
De amor.
Se te fue el rencor (¿te habló Francisco?). Se te fue el miedo (¿te pusiste a temblar de tanta avalancha?). Se te fueron las ganas de hacernos sufrir, de recordarnos una y mil veces que te dejamos de garpe, en el altar, por unos mangos que no sirvieron para nada; ¿viste que esto era más lindo? ¿Viste las cuadras de cola por una entrada, viste la fiesta, el llanto de los abuelos, la carita ilusionada de los pibes, la afonía de San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo azulgranado, repleto de cuervos voladores listos para festejar su mejor victoria?
Te enamoraste.
Ya lo estabas.
Por eso la lágrima, nítida, que te recorre la curvatura plateada.
Y planeaste todo para este día, ¿no? Para ser de Boedo, de América y del Vaticano; para que estalláramos en un grito que los contuviera a todos, a los que pudieron ir y a los que se quedaron en el borde; a los que asomados de las nubes y las estrellas bajaron el telón del cielo, para nuestra noche, 13 de agosto eterno, rostros que impregnan mi nostalgia y que están presentes en cada rezo.
Vení, bella dama, que ya no te voy a decir Histérica.
Caíste.
Por fin cediste al encanto.
Porque siempre supiste que este pueblo resiste las pruebas más desoladoras, que es inmune a descensos, impermeable a las tristezas, capaz de inventar una cancha donde había un baldío, y de volver a inventarla donde yacía un recuerdo, el más dulce de nuestra infancia, porque está lleno de barrio y de sentimiento.
No.
Besarte, no.
Te puedo sostener, posar con vos, sonreírte, cantarte, levantarte y decirte al oído que me hiciste soñar, que me hiciste sufrir, tragarme las lágrimas y bancarme la que viniera pero sabiendo que este día, este maravilloso día en este maravilloso club, iba a llegar alguna vez. Pero... dejá: besarte, mejor que no.
No tengo rencor, tengo una felicidad del carajo.
No te debo nada, estamos a mano.
¿Pero sabés lo que pasa? Yo sólo me beso el CASLA, acá cerquita del cuore, acá donde apoyás tu plateada cabeza de Libertadores de América y llorás, ahora llorás de amor, unida para siempre al glorioso San Lorenzo de Almagro.
Volver a Boedo esa es mi ilusión  ...


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Desconectado Javito87

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Consulta, hay algun libro que recopile todos los textos de este señor?

Desconectado niko cuervo

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Consulta, hay algun libro que recopile todos los textos de este señor?
Sacó un libro con sus textos!
Hermano cuervo se llama, una genialidad, se te caen lágrimas cuando lees algunos.
Muuy recomendado!!