Otra cosa, lamentablemente, nos guste o no, los países que hoy mejor están (incluso algunos sin caso alguno de Coronavirus) son los que tomaron medidas extremas, como cerrar sus fronteras, desde el minuto cero.
Las medidas extremas son feas, son antipáticas, son difíciles de decretar, de implementar y más difíciles aún de cumplir y sobre todo controlar su cumplimiento.
Pero si no se toman a tiempo, termina ocurriendo que al final hay que tomarlas igual, pero tarde.
Para eso, era preferible tomarlas antes.
Voy a dar un ejemplo: Ayer el gobierno anunció que por 30 días no aterrizará en Argentina ningún vuelo proveniente de los lugares más afectados. Medida extrema si las hay.
Pero tomada tardíamente. Si iban a terminar haciendo eso, había que hacerlo diez días antes y acá no habría NI UN CASO.
El paciente N° 1 que hubo acá (un pelotudo de 43 años que viajó a Milan en primera clase por una semana, en medio del brote, para ver una exposición de telas y luego volvió), llegó a la Argentina el 1° de marzo. Entró perfectamente, como todos en ese momento y acá no se controlaba un carajo en los aeropuertos.
Al otro día, con fiebre, fue a la Clínica Suizo Argentina de Barrio Norte, donde le diagnosticaron el Coronavirus (y se armó flor de despelote porque al lado está la maternidad), ESE FUE EL PRIMER CASO EN ARGENTINA.
Después ya hubo contagios acá, obviamente, a los que se suman OTROS BOLUDOS que siguieron viniendo en vuelos de Italia y España en los días siguientes (como el gerente de Supermercados Día).
Repito, si ahora pueden prohibir la llegada de vuelos de esos países, lo hubieran hecho desde el 1° de marzo y acá no habría venido ningún caso.