No se puede elegir uno de los dos.
Son excelentes los dos, aunque uno es zurdo y el otro diestro, ambos juegan con las dos piernas, tienen calidad, pegada, pase, remate, gol.
Y encima, ojo, no son para nada pecho fríos, que es el defecto clásico de los jugadores finos.
Estos son dos paraguayos de esos pecho bien caliente, que meten con todo y quieren ganar a toda costa. Tipo como los clásicos defensores paraguayos, pero en versión delanteros.
Tienen que jugar los dos juntos cuánto antes se pueda, el quilombo lo va a tener Juan Antonio para armar el equipo. Pero qué bueno es tener variantes de nivel. Hace años no ocurría en San Lorenzo.