Es un barrabrava venido a menos, con el cociente intelectual de una pelusa, un vocabulario de inodoro, la ética de un paria y los modales de un cerdo.
Hasta ahora, todas las veces que tomó decisiones, movió un dedo, o abrió la boca, la cagó. Desde el hecho de traer a Sampaoli, pasando por la decisión absurda de llevar a la selección a jugar en la Bombonera, no buscar a otro técnico, mantenerlo a Scaloni, y ahora estas declaraciones (las que se suman a otras en las que gastó más saliva en justificar o negar sus obvios vínculos con Boca que en cualquier otra cosa).
Es una bomba de tiempo esta cucaracha en esteroides. Ya durante el tiempo que agarró la Afa nos amenazaron con desafiliarnos de la Fifa.