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Boedo: fútbol, ​​barrio, arte y reivindicación

Noel Eduardo / @NoelEduardo

01/16/2019 | 19:00


El estadio Pedro Bidegain, más conocido como el 'Nuevo Gasómetro', es el campo donde juega actualmente el San Lorenzo de Almagro / MARIANITENS - Wikimedia Commons

Boedo es uno de los 48 barrios de Buenos Aires. Obrero, bohemio, activo cultural y activista socialmente, es también el barrio del San Lorenzo de Almagro, uno de los considerados tradicionalmente "cinco grandes" del fútbol argentino (junto con Boca Juniors, Independiente, Racing Club y River Plate), a pesar de que su estadio actual está ubicado en otro barrio, el de Bajo Flores, una de las zonas más deprimidas y violentas de la capital argentina. San Lorenzo cuenta, dicen, con 4 millones de aficionados en todo el mundo.

La razón por la que San Lorenzo juega como local fuera de su barrio de siempre la tenemos que ir a buscar a finales de la década de los setenta. En concreto en 1979, el "Ciclón", como también es conocido el club, sufrió un exilio forzoso promovido por la dictadura militar de Videla, que le llevó de peregrinaje por diferentes estadios. La excusa de las autoridades fue la construcción de una autopista que tenía que pasar por los terrenos ocupados por el "Wembley porteño", como era conocido el viejo estadio del San Lorenzo. La autopista finalmente nunca se construyó. Lo que se construyó en el lugar del Gasómetro, nombre oficial del estadio donde el San Lorenzo jugó desde 1916, fue un hipermercado Carrefour. San Lorenzo tenía que marchar; dejar sus terrenos, su barrio, su estadio, su modus vivendi. Porque el Gasómetro era mucho más que un estadio de fútbol, ​​era uno de los centros neurálgicos de la vida deportiva, pero también social y cultural, porteña. Allí tocaron Santana o Serrat. Contaba con una de las mejores bibliotecas de Buenos Aires, espacios para conciertos y una media de 3.000 personas que participaban diariamente en las actividades deportivas que se organizaban. Y dinamizaba el barrio, que siempre ha sido movimiento en la calle, comercio de proximidad, sentimiento de pertenencia a una comunidad.

El CASLA (Club Atlético San Lorenzo de Almagro) tuvo que alquilar un estadio donde poder disputar sus partidos, y en su periplo pasó por el estadio del máximo rival de la entidad, Huracán. Se imaginan el Barça jugando como local en el campo del Espanyol? O el Madrid haciendo lo mismo en el campo del Atlético? Como era algo antinatura, la cosa duró poco. También pasó por el estadio de Vélez Sarsfield, pero tampoco aquí duraron mucho porque los dirigentes de Vélez veían que, con San Lorenzo jugando en su campo como local, buena parte del barrio y de la afición se estaba pasando a "cuervos", como se conocen los aficionados del equipo azulgrana de San Lorenzo. Finalmente en 1993 se inauguraba el Nuevo Gasómetro en Bajo Flores, a estas alturas el estadio actual del club, con el nombre oficial de Estadio Pedro Bidegain.
Un club desterrado por la dictadura de Videla

Antes, sin embargo, en 1981, dos años después del exilio y coincidiendo con el año de la demolición del viejo estadio, San Lorenzo se convertía en el primer "grande" del fútbol argentino al descender a "la B". Es la única vez que San Lorenzo ha bajado de categoría, y sólo estuvo un año, porque la temporada siguiente arrasó en la segunda división del fútbol argentino. Pasaron por encima de sus rivales en la clasificación de puntos, pero es que además estableció un récord de recaudación en la categoría, por encima de los equipos de Primera.

De hecho se explica que el golpe que ha habido más gente en las gradas de un estadio argentino en un partido de clubes fue en un San Lorenzo - Tigres de la segunda división en 1982. Tigres jugaba como local, pero la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) decidió que el partido se jugaría en el Monumental de River para poder meter todos los aficionados, en su mayoría 'sanlorencistas', que lo querían ver en directo, a pesar (o precisamente por) pasar por los peores momentos de su historia. No era un partido crucial del campeonato, de hecho era la sexta jornada de Liga, pero se vendieron más de 74.000 entradas. Pocos días antes se había jugado un River-Boca y no se habían vendido ni la mitad: poco más de 32.000; pocos días después se jugó un River-Quilmes y se vendieron sólo 6.600 entradas.

Aquel San Lorenzo-Tigres se jugó un 13 de marzo, y desde entonces esta fecha está considerada por los aficionados de San Lorenzo como el "Día de la Lealtad Sanlorencista". Puede sonar a onanismo, y no es para menos: en los peores años del club, recién descender y desterrados, llenaron el estadio argentino con más capacidad en una demostración de incondicional apoyo, amor, fidelidad y fe. La lucha de los aficionados de San Lorenzo por su club ha sido algo histórico, lo que la posiciona como la afición más comprometida de Argentina. En el año 2000 estuvo a punto de ser privatizado, pero de nuevo el aficionado impedirlo con varios enfrentamientos con sus dirigentes, lo que se recuerda cada año como el "Día del hincha", el día que la afición no permitió que el club se privatizara. Todas estas cuestiones marcan la identidad del 'hincha cuervo'.
Preparando la vuelta

Boedo también da nombre a un grupo artístico, un colectivo de artistas aficionados 'cuervos' que desde 2012 se propusieron recuperar la memoria histórica del club y del barrio a través de murales pintados en las paredes de sus calles. No era sólo una cuestión de añoranza. También era una manera de mantener la conexión del club, fuera donde fuera que tenía que jugar sus partidos como local, con su barrio de siempre, sus calles, su cultura, su gente. Y también era una manera de preparar el retorno.

Para que la vuelta de San Lorenzo en su casa es cuestión de tiempo. La construcción del nuevo estadio está prevista que empiece el 2020, cuando el hipermercado habrá dejado los terrenos que ahora ocupa y cuando se prevé que se habrán solucionado los trámites burocráticos y administrativos necesarios para poner la primera piedra del nuevo hogar 'cuerva' . De momento ni el club ni el Estado no han tenido que poner dinero para que San Lorenzo pueda volver a disponer de los terrenos que se vio obligado a malvender hace 40 años. "Fue una estafa", afirman al unísono algunos de los componentes del grupo artístico con quien nos encontramos en Barcelona. "Cuando echaron San Lorenzo de Boedo uno de los argumentos que se utilizaron fue que se quería construir una escuela. Quién puede oponerse a la construcción de una escuela? Pero fue un engaño. El club de San Lorenzo tuvo que vender a bajo precio, presionado, estafado. Ni llegó la escuela, ni se abrieron las calles como también se dijo que se haría, y en lugar de todo esto llegó un hipermercado, cuya construcción estaba prohibida por ley. Pero se cambiaron las leyes para que se pudiera hacer ", sentencia uno de ellos.

Mural pintado en una fachada del barrio de Boedo, en Buenos Aires / Imagen cedida por el Grupo Artístico de Boedo

Desde que San Lorenzo se vio obligado a marchar ha habido movimientos para hacerlo volver a Boedo, en el mismo lugar de donde lo expulsaron por poner un Carrefour. "En el mismo lugar", literalmente: en 2012 la ciudad de Buenos Aires aprobó la ley de restitución histórica que obliga Carrefour a desprenderse de la mayoría de los terrenos a cambio de una contraprestación económica: unos 100 millones de pesos. La afición, que al saberse la noticia lo celebró en la plaza de Mayo porteña, ha recaudado alrededor de 50 millones. "Miles de aficionados hemos comprado el equivalente a un metro cuadrado de los terrenos que desde 1916 fueron de San Lorenzo, y así es como la gente, el pueblo, está pagando las cuotas de millones de dólares en el hipermercado. Está previsto que a mediados de 2019 ya se hayan vuelto todos los terrenos al club ", dice Juan" Pepi "Garachico, uno de los miembros del grupo artístico. La afición, pero también la gran mayoría de gente de Boedo, quiere que San Lorenzo vuelva a su sitio, para que vuelva a ser también el epicentro del barrio que fue durante décadas. Muchos son los que han contribuido, desde el hacen probablemente más ilustre del club, el actor Viggo Mortensen, hasta muchos de los habitantes del barrio. Incluso los miembros del Grupo Artístico de Boedo pagaron entre todos el metro cuadrado a un vecino jubilado que no podía pagarse su parcela.

El compromiso de la gente y de diversos colectivos del barrio y en buena parte del Grupo Artístico de Boedo, con movilizaciones y acciones de todo tipo, han permitido que el retorno del hijo pródigo esté más cerca que nunca. "Le compramos a una multinacional francesa 30.000 metros cuadrados en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Es una locura ", afirma Matías Lammens, abogado y presidente de la entidad desde 2012. Pero el mérito no es del club como institución, ni de ningún tipo de poder político, sino de la gente de la calle. Lo que sí depende del club es el proyecto del estadio, que como no podía ser de otra manera pretende ir más allá del propio campo de fútbol y de las gradas. Pensado para el barrio, la propuesta incluye una escuela pública, un gimnasio y varias zonas verdes.
Utopía convertida en lucha

Área de gran arraigo en la cultura popular de la ciudad autónoma de Buenos Aires, de entre el conjunto de acciones reivindicativas que ha habido y todavía hay en Boedo sobresalen, por el fondo y la forma, las llevadas a cabo por este grupo de artistas que un día de 2012 pintaron un mural sobre la "murga y el carnaval" pero con los colores del San Lorenzo de Almagro, club del que son fervientes aficionados. Aquel fue el primero, pero luego vinieron muchos otros, sobre mitos del club, antiguos jugadores, cronistas del equipo pero también del barrio, el tango, la música ... Memoria histórica del barrio en el barrio.

"Son historias de la zona, de la gente de Boedo. No es sólo cuestión de destacar los campeones, los que ganaron campeonatos. Lo que queremos es representar gente que fue importante en la historia del barrio, que dejaron su huella en relación a la identidad ", afirma Facundo González Trejo, uno de los miembros del Grupo Artístico de Boedo, con quien nos encontramos en un bar de Sants de Barcelona junto con el resto de integrantes del grupo que acaban de llegar de Buenos Aires. Para la capital catalana han pasado unas semanas. Es una de las ciudades europeas por donde querían dejar huella en su gira por el viejo continente, porque más allá de las calles de su barrio, el Grupo Artístico de Boedo ha coloreado también paredes fuera de Boedo, de Buenos Aires y de la Argentina. En Sudamérica han pintado en países como Uruguay o Brasil. En el país carioca hay pintaron murales, entre otros, sobre Sócrates y la Democracia Corintiana, movimiento revolucionario que fue el fútbol brasileño de principios de los años 80 liderado por este jugador contestario, del que hablamos en este artículo .

Mural pintado en el Poblenou de Barcelona / Imagen cedida por el Grupo Artístico de Boedo

Desde hace unas semanas, Barcelona cuenta con varios murales pintados por ellos. Al Pueblo Seco hicieron uno sobre Joan Manuel Serrat, en la actual sede del club de fútbol del barrio, donde él ensayaba. O el Poblenou: "Nos propusimos dedicar un mural en la ciudad y en sus valores artísticos culturales, dándole un poco de nuestra identidad porteña con el filete, e incorporando los dos escudos los clubes de la ciudad: el del FC Barcelona y el del RCD Espanyol ".

"Barcelona es una ciudad multicultural, abierta, que despilfarra arte por todos lados. Teníamos ganas de dejar nuestro sello ", dice Facundo González. Además, daba la casualidad que, los días que los miembros del grupo estaban en Barcelona, ​​se llevó a cabo un encuentro europeo de peñas del San Lorenzo de Almagro en la misma ciudad, donde también pudieron dejar su huella.

Mural pintado en Hamburgo, en homenaje al St. Pauli / Imagen cedida por el Grupo Artístico de Boedo

De la península ibérica han pasado por Madrid, en San Lorenzo del Escorial (club con el que el San Lorenzo de Almagro está hermanado) y por Morella. También pintaron murales en diferentes espacios de la ciudad belga de Lieja, entre ellos el campo de la Standard, y en Alemania, en Hamburgo, en el estadio del mítico St. Pauli, icono antifascista del que también hemos hablado .

Fútbol y arte. Barrio e identidad. Territorio y compromiso. Boedo y San Lorenzo de Almagro. El Grupo Artístico de Boedo, con más de 120 murales pintados por diversas partes del mundo, ha plasmado estos vínculos con un estilo propio pero adaptado a cada lugar, cada idiosincrasia, en cada momento. Tal como lo ven, tal como lo viven. El pasado 13 de diciembre se estrenó en diferentes cines argentinos el largometraje 'Volver a Boedo', dirigido por el cineasta Sergio Criscolo, un documental sobre la pasión que significa ser aficionado 'cuervo', especialmente en los darrrers cuarenta años. Criscolo construye el relato a través de murales hechos por el grupo artístico. Una inmejorable manera de conocer la historia de Boedo, de San Lorenzo y el trabajo del Grupo Artístico, colectivo "clave en esta película", en palabras del propio director. Ojalá llegue pronto a los cines catalanes.

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