Desde el entorno de Nicolás Reniero, la diferencia de 500.000 dólares parecía insalvable. Racing y San Lorenzo habían llegado a un punto muerto del que parecía no haber retorno. A comienzos de semana, Víctor Blanco se había plantado en 3.000.000 netos por la ficha del delantero. En Boedo querían ese medio millón más que había frenado todo. El tiempo, encima, no jugaba a favor. Este jueves cierra el libro de pases de la Superliga y no había indicio de un acuerdo...
Sin embargo, una cadena de hechos hizo que hoy vuelva a ver optimismo en ambas partes. Desde el lado de Avellaneda, ganaron tiempo a causa de una desgracia. En la primera práctica de la semana, el juvenil Julián López sufrió una rotura de ligamentos cruzados. El volante central estará entre seis y ocho meses afuera de las canchas y le permite a Racing buscar un reemplazo más allá del cierre del libro de pases. Se deberán presentar los estudios que constatan la lesión para que el Comité Ejecutivo apruebe el pedido, algo que se descarta que sucederá.
Desde San Lorenzo, otras dos noticias negativas también alimentan la salida de Reniero. La primera es la eliminación de la Copa Libertadores a manos de Cerro Porteño. El propio Juan Antonio Pizzi reconoció que deberá achicar el plantel y Nicolás aparecería en la lista de prescindibles. Además, el Ciclón no hizo a tiempo de colocar a Blandi en Botafogo, ya que el libro de de pases en Brasil cerró el miércoles. Por todo esto, ahora sí estarían mejor predispuestos a negociar con la Academia. Sin apuros, la historia podría tener un final feliz.
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