El autor del gol que siempre soñé hacer, el que más grité en mi vida y el que desató una locura que jamás volví a ver en una cancha. Un día me encontré al Gallego en el subte B y le dije todas esas cosas. Me abrazó y me dijo "gracias", cuando el agradecido eternamente tengo que ser yo. Felicidades Gallego, me hiciste feliz para siempre!