Se metió en el corazón azulgrana....
-¿Saben los vecinos que sos futbolista?
-Sí, me reconocen todos: me apoyan y me dan fuerzas para que siga adelante. Quieren que triunfe y que sea el orgullo del barrio. -¿Y los partidos donde te descubrieron cómo eran?-¡Duros! Ahí no importa la edad ni nada. Me crié así, por eso nunca tuve miedo para jugar. ¿Si me pegaban? Bastante, pero me acostumbré, je.
-¿Qué clase de jugador sos?
-(Piensa) Soy enganche, de los que quedan pocos, como el Pipi (Romagnoli) cuando empezó, pero no me gusta mucho hablar de mí, prefiero que me vean. ¿Si hago goles? Sí, pero me gusta más dar asistencias...
-¿Romagnoli es un referente para vos?
-Sí, me la paso mirando sus videos para aprender. Tuve la suerte de cruzarlo un par de veces en el club o en alguna práctica y saludarlo, pero no me animé a hablarle mucho, je.
-¿Ahora que lo tenés cerca te vas a animar a contarle que es tu ídolo?
-No creo, me da mucha vergüenza, je.
-¿Y con el resto del plantel cómo es la relación?
-Muy buena... En una de las veces anteriores que entrené con ellos se me acercó Ortigoza a preguntarme cómo estaba. Es muy buena onda...
-¿Ya te bautizaron con alguna patadita?
-Y, algunas me dieron, je. Hubo una, creo que fue de Mussis, que me mató. Pero son cosas del fútbol, me levanté calladito y seguí jugando.
-¿Cuánto medís? ¿Te jode el tema de la altura?
-Mido 1,56, pero a mí no me molesta. Al contrario, trato de demostrar que la altura no tiene nada que ver. De todas formas, me hicieron algunos estudios y me dijeron que tengo posibilidades de crecer un poco más. Hay varios jugadores que son petisos: Estévez, Moralez, Buonanotte... Messi y Tevez no son muy altos tampoco. Sí por ahí cuesta un poco más porque capaz que hago diez pasos, el defensor hace dos y está en el mismo lugar que yo, je. En Reserva empecé a acostumbrarme a jugar de primera, a no trasladar tanto la pelota o a tirarme a tres cuartos de cancha para no sentir tanto el tema físico.
-¿Qué soñás para el futuro más próximo?
-Lo que más quiero es jugar en la Primera de San Lorenzo y ganar una Libertadores. Si consigo eso, seguramente voy a poder ayudar a mi familia, llevarla a un lugar mejor o a una casa más grande. Me gustaría que mi sobrino se criara en otro lado...