Si realmente hizo esas declaraciones, fueron desafortunadas, innecesarias y, por ende, propias de un estúpido. No obstante, me pongo en su lugar: el tipo no es hincha de San Lorenzo y se está yendo al club más grande del país (o del continente), que viene de ser campeón, está puntero y va a disputar la Libertadores del año entrante. No tiene por qué odiar a Boca como lo hacemos nosotros; para él es un club más o, mejor dicho, es EL club. Totalmente lógica su decisión, a pesar de que duela mucho. Una pena, pero me es imposible olvidar todo lo que aportó a San Lorenzo.