Si fuera un país, Nueva Orleans (con una tasa de 62,1 homicidios armas por cada 100.000 habitantes) ocuparía el segundo lugar en el mundo.
En Detroit (35,9) es sólo un poco menos que en El Salvador (39,9).
En Baltimore (29,7) no se está demasiado lejos de la tasa de homicidios Guatemala (34,8).
Los asesinatos con armas en Newark (25,4) y Miami (23,7) son comparables a los de Colombia (27,1).
Washington DC (19) tiene una tasa más alta de homicidios a mano armada que Brasil (18,1).
La tasa en Atlanta (17,2) es casi la misma que Sudáfrica (17).
Cleveland (17,4) tiene una tasa más alta que la República Dominicana (16,3).
En Buffalo (16,5) es similar a Panamá (16,2).
La tasa de Houston (12,9) es ligeramente superior al de Ecuador (12,7).
En Chicago (11,6) es similar a Guyana (11,5).
La tasa de Phoenix (10,6) es ligeramente mayor que la de México (10).
Los Angeles (9,2) es comparable a Filipinas (8,9) en cuanto a homicidios a mano armada.
En Boston la tasa de muertes por armas (6,2) es mayor que Nicaragua (5,9).
En Nueva York, donde los asesinatos de armas han disminuido a sólo cuatro por cada 100.000 habitantes, sigue teniendo una tasa más alta que la de Argentina (3).
Y además loquitos como en ningún otro lado.
Por suerte son perfectos, que sino...