SARMIENTO
"Sufrí más la pelea por la permanencia con San Lorenzo que la lesión"
El uruguayo ya dejó atrás la fractura de tibia y peroné por el patadón de Orion, pero no puede olvidar su duro paso por el Ciclón, del que es hincha. “En esos seis meses envejecí cinco años, estábamos todos peleados”, cuenta la interna. A los 35 años, llegó a Sarmiento y sueña con más goles.
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Carlos Bueno, listo para otra experiencia.
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Por: Agustín Iuele @agusiuele
aiuele@ole.com.ar
Publicado el 23-01-2016
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La pelota apenas rueda y en los canales deportivos no dejan de pasar distintos compilados de lo que fue el 2015. Carlos Bueno, entre mate y mate, elige poner otra cosa en la televisión y charlar un rato con su mujer, mientras su pibe de vueltas con la tablet en la mano. Pero no lo puede evitar y la imagen en la que Orion lo levanta por el aire y lo deja tendido en el piso, con tibia y peroné rotos, aparece cuando su hijo le muestra los videos. “La vi por primera vez justo antes de que terminara diciembre. Si bien veo como queda la tibia colgando, no me generó nada. Ya está, ahora pienso que puedo jugar”, le cuenta el uruguayo a Olé , en plena pretemporada con Sarmiento, su nuevo club.
-¿Volviste a hablar con Orion?
-Me llamó cuando regresé contra Vélez en Reserva, pero no lo pude atender porque no tenía su número y me estaban llamando muchos periodistas y no quería hablar de mi lesión. Igual le hice llegar el agradecimiento.
-¿Te gustaría cruzártelo en una cancha?
-Somos de la misma raza. Más allá de lo que pueda pasar en la cancha, si uno se lo cruza en otro lado nos vamos a saludar y todo bien. Si el día de mañana lo veo nos saludaremos con un beso.
-Se habló mucho de la patada de Orion a Gamba, ¿la viste?
-Sí, lo estaba mirando por televisión con un amigo y le dije que me iban a empezar a llamar todos. Son cosas del partido. Con respecto a mi jugada, sigo insistiendo que fue algo muy rápido. El sale a cortar y a hacer la falta, pero jamás voy a pensar que me quiso lastimar. A mí me pasó algo similar cuando jugué el clásico Peñarol vs. Nacional, que me tiré a pegarle a uno, pero por suerte no lo toqué. El me pegó y ya está. Es cierto que pensaba que iba a tener una sanción mayor.
-¿La plancha de Tevez a Ham fue similar?
-Son diferentes. Carlitos se quiso cubrir y no quiso pegarle. Levantó la pierna para que no le pegaran y pasó lo que pasó. Carlitos no es una persona que tenga mala intención. Eso sí, cuando vi la jugada se me vino todo a la mente. Fue horrible.
-¿Te costó volver?
-Costó, pero nunca tuve miedo. Pensaba que iba a tener miedo, pero desde que empecé a tener reducidos, mis compañeros me cuidaban y les pedía que me chocaran y me pegaran para probarme. Ahí me puse contento.
-¿Cómo viviste esos meses lesionado?
-Llegó un momento, en el segundo mes, que dije basta. Me agarró un bajón grande y estuve muy mal. No podía ni caminar. Pero luego las cosas fueron cambiando y como soy fuerte de arriba me recuperé: a los seis meses estaba jugando.
-¿Pensaste en largar?
-Sí, claro.
-¿Por qué no lo hiciste?
-Me ayudaron mucho la familia y los amigos. Me dieron consejos y me motivaron diciéndome que me quedaba mucho por demostrar.
-No querías que el fútbol te retirara a vos...
-Y, eso es muy personal. Por momentos uno es terco y quiere seguir, pero la edad te pasa factura y los pibes son aviones. A la larga terminás mal porque te peleás con el DT de turno y tus compañeros.
-¿Tenías miedo de no encontrar club?
-No porque terminé jugando. Fue una lesión grave, pero sólo una lesión. El miedo lo superé por el tipo de jugador que soy. Estoy muy contento por haber resuelto las cosas rápido acá en Sarmiento.
-¿Es una revancha?
-No porque tengo la edad suficiente para no tener que demostrar nada. Yo quería terminar jugando y lo logré. Me superé a mí mismo y ya sé lo que puedo dar dentro del campo. Me falta estar bien en lo físico porque no pude hacer una pretemporada.
¿Qué otra cosa te angustió tanto en tu carrera?
-Mi paso por San Lorenzo (jugó la Promoción en 2012) fue difícil. La pasamos muy mal, se vivió mal. Era complicado porque justo había bajado River y se pensaba mucho en eso. Un vestuario bastante dividido con gente grande que por momentos restaba. Pero por suerte nos pudimos salvar. En esos seis meses envejecí cinco años.
-¿Lo sufriste mucho más que la lesión?
-Sí, sin dudas. La verdad es que se sufrió muchísimo.
-¿Cómo manejabas el vestuario con tu experiencia?
-Es complicado cuando hay muchos problemas. Lo único que querés es que el torneo se termine rápido. Se hace difícil con muchos grandes. Las charlas consistían en tirar todos para adelante porque sabíamos que estábamos todos peleados. A uno no le gustaba que otro fuera el capitán, el otro que hablaba mucho con la prensa, el otro que no caía bien... Todas boludeces. Muchos celos y caprichos que no servían en el momento. Lo importante es que terminó. Y yo fui uno de los primeros en irme porque la pasé mal. Como hincha lo sufrí.
-¿Terminaste padeciendo algo que debió haberte dado alegría?
-Tal cual. Quería jugar ahí porque mi papá lo hizo, pero Madelón me había pintado un panorama no tan grave. Lo terminamos complicando nosotros. Perdimos partidos insólitos.
-¿Te quedó pendiente disfrutar más ahí?
-Sí, pero pude disfrutar con la gente cuando me demostró su cariño al ir a esa cancha con San Martín.
-¿Cómo lo ves ahora?
-Cambió mucho. Está otra vez en los primeros lugares, como se merece. Me pone muy feliz.
-¿Otra cuota pendiente fue tener más continuidad en Boca?
-Sí. Me hubiera gustado jugar más, pero la realidad es que adelante tenía a Palermo y Palacio. No podía hacer mucho si ellos marcaban todos los partidos. Era algo normal. Pero ya está, me fui tranquilo y orgulloso de haber pasado por un club de esa magnitud.
