Aunque sea el mayor ídolo de nuestros hijos, hay que reconocer que es un fenómeno declarando (siempre los deja sin palabras a los periodistas) y como jugador, un monstruo. Una lástima que lo hayan discutido siempre y más de uno piense que es un "pecho frío". Tendría que haber jugado un tiempo más. Gracias por las palabras Román.