Con la expulsión de Buffarini el sábado pasado fueron durísimos, dijeron que es un inconsciente prácticamente, que no puede ir así, que era roja directa, y casi que piden que le den 3 años en cana. Todo esto cuando si es cierto que fue fuerte, pero no fue falta, porque no va con las piernas para adelante. Indignados no dejaron de quejarse por un buen rato.
Ahora, Carlitos, el jugador del pueblo, el humilde, va con la patita arriba y le fractura la tibia a un jugador rival. Al principio querían dejar en claro que la acción fue legal. Cuando vieron la repetición y se dieron cuenta que sostenerlo era imposible, dijeron que estaba bien expulsado. Pero nada de quedarse cinco minutos quejándose de Tévez, como hicieron la semana pasada.
Y ya les anticipo que de esto se va a hablar poco, y que ni bien Tévez se ponga en contacto con este muchacho Ham, sea por un llamado o una foto en la clínica con el pibe enyesado y la gamba levantada, el tema de la semana va a volver a ser la gran humildad del mejor jugador del mundo.