EL FAMOSO RIVER DESK
Ventajea en el escritorio durante la semana, es beneficiado en cancha los domingos y luego sus microfonitos funcionales le limpian el prontuario. Mientras Angelici rearma el lobby bostero tras el papelón de la Copa, la batuta del circo la maneja Donofrio. Este es el famoso River Desk contra el que hoy pelea San Lorenzo.
EL FAMOSO RIVER DESK
Primero está el escritorio. River Desk no quería dar ventaja poniendo suplentes contra Tigre y de manera express se dispuso un luto por la inentendible muerte de un pobre pibe, cuya trágica perdida de todos modos no impidió que otros 6 partidos de distintas categorías se disputaran. Llamativo, teniendo en cuenta que los hinchas y ambos planteles se encontraban en el estadio. Pero no se jugó, a riesgo de lo que la irresponsable decisión podría haber generado en la desconcentración de la gente, y el plantel gayina descansó. El que no descansó fue River Desk, que proyectando el desgaste físico que implicaba el viaje a Brasil por Copa, acá en Argentina se aseguró un Pitana para recibir en el Mudomental a Central, rival directo en la lucha por el título. Si el partido iba a ser complicado, ¿qué mejor que tener a un réferi con el que siempre se sienten cómodos y al que recurren en cada instancia decisiva? (por nombrar un par, Sudamericana 2013 vs San Lorenzo, Superfinal 2014 vs San Lorenzo, clásico vs Boca 2014 para ganar allí por primera vez en 10 años, penúltima fecha vs R*cing en 2014 donde se definía el título, Recopa 2015 vs San Lorenzo, Superfinal 2015 vs Huracán).
Después está el beneficio en cancha. Allí suelen aparecer los famosos errores arbitrales que inclinan la cancha para la gayina, y que un día son propiedad de Lunati, otras veces de Delfino y muchas de Pitana. También están los nuevitos que vienen pidiendo pista, pero para los ejemplos alcanza y sobra con los viejos conocidos. Este fin de semana fue el misionero quien se equivocó al no ver un codazo de Funes Mori que debió ser penal a favor de los rosarinos y roja para el jugador más impune del país. Volvió a equivocarse (pobrecito) al no ver otro penalazo, esta vez obra de Maidana, y cerró el listado de errores groseros (también tuvo varios "insignificantes", de esos que no llevan replay) con un patadón desde atrás de Kranevitter que arregló con amarilla cuando la jugada pedía roja. Ojo, esta vez también mucho tuvo que ver el lineman, que terminó el partido a los abrazos con el ídolo de River Desk (por ídolo nos referimos a Aimar, no a Pitana, no se confundan.) Así entonces, el pobre Central se fumó enterita la derrota y se fue a llorar a la iglesia.
Finalmente, la obra la culminan los microfonitos funcionales que esconden debajo del escritorio de Donofrio las miserias de los siempre mimados por el sistema. Cuando el presidente de Tigre dijo que River Desk no quiso jugar el partido en Victoria, los títeres disfrazados de periodistas hicieron foco en la terrible e irreparable pérdida humana, silenciando el reclamo de un dirigente que se podría haber comido un terrible quilombo con su gente. Luego cuando la máxima autoridad del equipo de Alfaro agregó que Barovero supo de la suspensión antes que la mismísima AFA se lo comunicara a él, y que todo le hace suponer que la decisión se cocinó en Belgrano, los microfonitos le volvieron a enrostraron la moralina barata para silenciarlo abruptamente ¿Qué hubiera pasado si algunos de los miles de hinchas de Tigre que se movilizaron desde sus distintas peñas del interior se violentaban? ¿Quién se hubiera hecho cargo de los desmanes? Primó la suerte y nada ocurrió, mientras desde los microfonitos aclararon que la decisión la tomó la AFA, claro que sin aclarar que hoy la AFA la gobierna el presidente de River Desk, el mismo que viaja a Suiza para votar a un jordano como presidente de FIFA sólo porque se le cantaron las bolas.
Ayer, tras la sucesión de errores de Pitana contra Central, el vicepresidente de los rosarinos pidió expresar su descontento. Una vez que dijo lo que debía decir, los microfonitos le retrucaron en la cara que “hoy se equivocan para uno y mañana para otro” (argumento que nunca falla y siempre está a mano a la hora de hacerse los boludos). Pero como el vicepresidente insistió en argumentar su enojo, los productores de TyC decidieron sacarlo del aire. Lo dejaron hablando solo, literalmente, mientras en el piso del programa se planteaba que si bien puede haber razones que justifiquen algún enojo en el equipo visitante, tampoco se debe hacer tanto escándalo. ¿Se entendió? Y así entonces se pasó a temas más importantes, como lo lindo que es Teo (que hasta ayer era horrible), o la alegría por el regreso de - eternamente Pablito - Aimar que durante 15 años eligió boyar por el mundo juntando la monedita en lugar de venir a ayudar a River Desk cuando realmente lo necesitaban, ¿quizás para no descender? (descenso que, dicho sea de paso, desde el relato de los microfonitos también se maquilló hasta el cansancio. Igual las horas extras no fueron suficiente, quédense tranquilos que todos recordamos lo que hicieron ese día. Por más que intenten reconstruir la grandeza, de algunos papelones no se vuelve).
Y así, todo el tiempo. Desde la llegada de Donofrio a River Desk se ha abusado impunemente de este mecanismo de 3 sencillos pasos con el que amasaron títulos y gloria (si es que así puede llamarse). Ejemplos sobran; el campeonato de Ramón con los recordados errores arbitrales que le dieron al menos 7 puntos (mereció hasta notas periodísticas), la Sudamericana que ganaron durmiendo a Estudiantes y al mismísimo Boca, la Superfinal en la que apareció Pitana para hacer lo suyo, la Recopa que nos adelantaron 6 meses y también nos pusieron los réferis, ahora en la Libertadores donde directamente limpiaron a los de Angelici en un escritorio paraguayo. Todo con el sello de Donofrio que es, por lejos, el mejor en lo suyo. Mientras tanto a San Lorenzo contra Quilmes lo dirigió Rapallini, con el que nunca habías ganado, justo contra el equipo de Meizner, candidato grondonista que en meses probablemente se dispute con Tinelli la presidencia de la AFA. Y justo Rapallini decidió que una dudosa jugada en el área del Ciclón ameritó ser penal a favor de la Cerveza. ¿Fue penal? Lo decidió el referí. Como Pitana decidió en el Mudomental. Como Lousteau decidió en Liniers. Pero a diferencia de estos dos, Rapallini cobró penal, sin dudar. Luego se ganó, pero que costoso hubiera sido si no podíamos dar vuelta el resultado, ¿no?
Habrá que ver qué pasa con la reconstrucción de Boca tras el papelón. Sabido es que todo el engranaje bostero se golpeó muy fuerte con la operación que se morfó Angelici en la Libertadores. Si hasta hace meses la AFA era presidida por el doble comando de Bover, ahora el Dibu de Macri está desorientado. En estos días repudió el accionar de su socio gayina (que se lo morfó en Asunción), renunció a la vicepresidencia de la AFA y criticó duramente a la Conmebol tras enterarse que no accederá al puesto que le habían prometido en la Confederación Sudamericana. En Boca habrá elecciones en diciembre y todo indica que se jugará un pleno al fracaso gayina en la Libertadores mientras hace los deberes correspondientes para salir campeón del torneo de 30. Con eso se va su última chance de renovar su mandato xeneixe. Por lo pronto este fin de semana Lousteau se equivocó mucho en contra de Velez. Obvio que la prensa aprovechó que expulsaron a Gago para hablar de eso y no de los penales que no sancionó a favor del equipo local ni de la roja que decidió no sacarle a Chávez por una patada criminal.
Se viene un torneo muy complicado para el Ciclón. Habrá que estar atentos porque cada ayudín para estos sucios es una tocada de culo a San Lorenzo. En lo que benefician a Bover te perjudican a vos. Y al Club hay que defenderlo. No nos comamos más agachadas contra ellos. No nos podemos dormir, y tampoco podemos permitir que nos duerman. Ya sabemos contra quienes peleamos el título.
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