Hay amores que matan. A punto de comprobarlo ha estado el joven holandés que, para pedirle la mano a su novia, tuvo la idea de alquilar una grúa para pedirle la mano a su esposa. Su intención era colocarse en el cesto de la grúa y aparecer ante la ventana de su amada para, una vez ahí, cantarle una canción y pedirle en matrimonio.
No obstante, un mal anclaje de la grúa hizo que esta se volcara y cayera en sobre la vivienda de un vecino de la joven, destrozando parte del techo y de las habitaciones superiores. Además, mientras se la retiraba volvió a caer causando aún más destrozo y obligando a desalojar las viviendas vecinas. El accidente tuvo lugar en la localidad holandesa de IJsselstein.
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