La muerte es algo inexorable, algo que llega aunque no quieras ...
Hasta hoy a la mañana todo el mundo puteaba a Grondona, sus actitudes, su unipersonalismo, sus campeonatos en contra de la opinión de la gente que sostiene al negocio, su manera de matar al futbol de a poco (sin visitantes, dándole plata a los amigos y castigando a los rebeldes), amañando torneos, sosteniendo a corruptos, apañando a tipos que le chupaban la sangre a las instituciones y la larga lista de actos oscuros que marcaron su conducción. Todo ello, por otra parte, sin hacer mucho hincapié en el veletismo político que le permitió estar arriba de la ola en la dictadura, en la democracia, en las transiciones o cuando fuera.
Grondona es el simbolo de la mafioso, del poder personalista y los caprichos de un sujeto por encima de los ideales de aquellos que alimentan a este deporte tqn polpular que es el futbol.
La muerte suele traer este extraño correlato cuando llega, que aún el más hijo de puta, pasa a ser un fenómeno. Ahora, todo el mundo lo llora, el periodismo está compungido, nadie mira cuanto daño a hecho.
Resulta que, ahora, Don Julio, era un fenómeno