Desde la experiencia de haber tenido un bar que hacía uso del derecho de admisión, en la puerta te das cuenta quién viene a pasar un buen momento y quién viene a romper las pelotas.
Tenés que tener en la puerta a un tipo vivo. Un seguridad que no tiene criterio te arruina esa noche, las noches siguientes y se puede desmadrar todo en segundos.
En una primera etapa me quedaba yo con el patova para que vea qué queríamos adentro. Jamás se discriminó por color de piel, o elección sexual, o vestimenta.
Tiene que ver con la actitud.Y con el estilo que tenga el lugar. Si vos querés llenarlo de gente, vas a generar algo menos específico. Si querés un público específico, generás condiciones para que ése público que vos querés venga. El que filtra "para darle nivel" a un boliche, es porque no tiene ni puta idea de cómo hacer eso.