La CD, muy enojada por las acciones de Ledesma, piensa en desprenderse en junio del volante.
El futuro de Pablo Ledesma está lejos, muy lejos de Boca. Si bien el volante tiene vínculo con el club hasta fin de año, la dirigencia ya decidió que su estadía en La Boca no pase de junio. Negociado a otro club o mediante una rescisión de contrato, el ex Catania tiene las horas contadas por un cúmulo de acciones que cayeron muy mal en el seno del club.
La forma de proceder, dicen, estuvo tan desubicada como sus dichos del jueves. Ledesma brindó una conferencia de prensa sin consultar ni avisar siquiera al Departamento de Prensa sus motivos. Y el contenido del monólogo, al menos inoportuno, terminó por poner en el tapete un tema escabroso del que recién parece asomar la punta del iceberg. Desgarrado, y ausente como mínimo para los próximos tres partidos, su futuro inmediato aparece en medio de signos de interrogación. ¿Seguirá siendo de los favoritos de Carlos Bianchi o luego de haberse ido de boca no tendrá más lugar en el equipo?
