Foro Mundo Azulgrana
Interés General => Fútbol => Fútbol Internacional => Mensaje iniciado por: JavierDM en abril 24, 2014, 13:21:45
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http://www.youtube.com/watch?v=LeTXjbPvFdE
Cómo lo banco, por favor!!!
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Sin palabras
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El puto amo :pulgar:
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Un fenómeno.
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Hubiera estado bueno que también traduzca la pregunta, o que lo hubiera hecho el periodista.
Si se sienten más cómodos hablando en catalán ¿Qué problema hay?
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Hubiera estado bueno que también traduzca la pregunta, o que lo hubiera hecho el periodista.
Si se sienten más cómodos hablando en catalán ¿Qué problema hay?
Eso creo que pasa allá nomás, y acá poco. Recuerdo que hace ya varios años, Calleri perdió la final de Hamburgo con Coria (cuando era Master Series) y saludó después del partido a todo el mundo en castellano porque era su lengua nativa y no tenía por qué cambiarla. Me pareció excelente.
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Cra
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Esto no me impresiona mucho, lo que sí es notable es que hable fluidamente por lo menos cuatro idiomas (catalán, castellano, inglés y ahora sumó alemán)... si bien dos los sabe simplemente por haberse criado donde se crió en la época en la que se crió, el inglés lo aprendió porque quiso (no tuvo necesidad profesional, aunque le pudo haber facilitado aún más las cosas si hubiese querido trabajar en Inglaterra), y el alemán, aunque lo haya aprendido para poder rendir al máximo en un nuevo puesto, lo dominó más o menos competentemente en un par de meses.
De hecho tiene tan incorporados ya el inglés y el alemán que una vez en el medio de una respuesta pasó de uno a otro sin darse cuenta hasta terminar la oración o algo así (http://extramustard.si.com/2014/04/08/pep-guardiola-german-english-press-conference/ (http://extramustard.si.com/2014/04/08/pep-guardiola-german-english-press-conference/)).
Y los idiomas que aprende o sabe o no Guardiola son tan importantes que en Inglaterra hasta llegaron a criticar masivamente a Abramovic ("zar" ultracorrupto dueño del Chelsea) por echar a Di Matteo "después de que Guardiola empezara a aprender alemán". Una locura.
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Yo creo que lo que impresiona (o es digno de admiración) es la personalidad que tiene. Más teniendo en cuenta que el periodista catalán y él estaban en Madrid justamente. Y que el periodista había sido reprendido por la UEFA y Guardiola lo animó como diciendo "que me vengan a decir a mí que no hable en catalán si quieren"
El inglés lo aprendió estando en New York, ahí justamente también aprendió alemán.
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Yo creo que lo que impresiona (o es digno de admiración) es la personalidad que tiene. Más teniendo en cuenta que el periodista catalán y él estaban en Madrid justamente. Y que el periodista había sido reprendido por la UEFA y Guardiola lo animó como diciendo "que me vengan a decir a mí que no hable en catalán si quieren"
El inglés lo aprendió estando en New York, ahí justamente también aprendió alemán.
No, el tipo ya sabía inglés de antes, cuando estaba en el Barça ya respondía preguntas en inglés. Y sí, la personalidad que tiene es asombrosa.
Y también habla italiano, porque jugó en Italia también.
Apenas llegó al Bayern, en su primera conferencia de prensa, hablaba el alemán con una soltura envidiable, no buscaba una palabra, lo hablaba todo de corrido. Catalán, castellano, italiano, inglés y alemán ... este tipo es una máquina.
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Hablando de lo genio que es: http://youtu.be/pE_aH_vpvkE
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Hablando de lo genio que es: http://youtu.be/pE_aH_vpvkE
Los cursos de desarrollo de personal, hablan exactamente lo mismo, cada persona tiene difentes standares de motivacion, control y recompensas.
Hay tipos q no tenes que romperles la bolas, hay otros que les tenes que estar encima. Algun les das premio de guita o a otros le das tareas mas importantes, cada uno es diferentes y esa seria dar en la tecla. No descubrio nada con esto Pep.
Tal vez le salga naturalmente, tal vez alla leido libros de gestion, pero lo que dice no es nuevo.
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Los cursos de desarrollo de personal, hablan exactamente lo mismo, cada persona tiene difentes standares de motivacion, control y recompensas.
Hay tipos q no tenes que romperles la bolas, hay otros que les tenes que estar encima. Algun les das premio de guita o a otros le das tareas mas importantes, cada uno es diferentes y esa seria dar en la tecla. No descubrio nada con esto Pep.
Tal vez le salga naturalmente, tal vez alla leido libros de gestion, pero lo que dice no es nuevo.
Igual eso no lo dijo él, lo dijo Velasco, él lo tomó y está claro que no es ni novedoso ni oculto. Sólo que a tipos como Guardiola y Velasco se les da bastante mejor que a otros eso de "saber tocar la tecla".
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Igual eso no lo dijo él, lo dijo Velasco, él lo tomó y está claro que no es ni novedoso ni oculto. Sólo que a tipos como Guardiola y Velasco se les da bastante mejor que a otros eso de "saber tocar la tecla".
si, obvio, hay algunos que ni siquiera lo tienen en cuenta, se piensan que 'motivar' es un accion unica.
Lo que si me parecio interesante es cuando habla de 'las soluciones de hoy, mañana ya no sirven' o algo asi. Valido en la gestion de cualquier gropo de gente y no en el futbol.
Fijate que los grandes tecnicos, a los 10 años caducan, muchos siguen usando el mismo librito. Pensa q un tipo le hablaba al pipi cuando tenia 19, le hable de la misma manera a Correa, VIllalba o Cavallaro, dificil q funcione.
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si, obvio, hay algunos que ni siquiera lo tienen en cuenta, se piensan que 'motivar' es un accion unica.
Lo que si me parecio interesante es cuando habla de 'las soluciones de hoy, mañana ya no sirven' o algo asi. Valido en la gestion de cualquier gropo de gente y no en el futbol.
Fijate que los grandes tecnicos, a los 10 años caducan, muchos siguen usando el mismo librito. Pensa q un tipo le hablaba al pipi cuando tenia 19, le hable de la misma manera a Correa, VIllalba o Cavallaro, dificil q funcione.
Totalmente, los dts tienen su fecha de vencimiento también, perduran los que saben cambiar a tiempo, aggiornarse y a pesar de las diferencias generacionales, siguen sabiendo tocar la tecla
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El mejor tecnico de futbol que vi en mi vida, por lejos..
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Que lindo aporte javier gracias, y que lindo fue haber estado esa noche en el gran rex aprendiendo del maestro pep
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Esto me hizo acordar a una conferencia de prensa del Rey David que, como estaba en Argentina, un yankee pidió respuestas en inglés y dijo "no, estoy en Argentina, que usen el traductor". (terminó respondiendo en inglés de mala gana)
Genio Pep.
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Totalmente, los dts tienen su fecha de vencimiento también, perduran los que saben cambiar a tiempo, aggiornarse y a pesar de las diferencias generacionales, siguen sabiendo tocar la tecla
Justamente por eso Bianchi, Ramón Diaz, Merlo y porque no Bauza están decadentes. No han evolucionado su juego ni sus discursos, la brecha generacional con los jugadores es enorme. O uds creen que alguno de estos 4 se ha capacitado en los últimos 20 años?
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Incluso, mirando el video, quizas suene muy enamorado pero el tipo sonrie cuando se da cuenta que le hablan en Catalan. La identificacion con su tierra es impresionante, nunca antes visto. Literalmente se paro en Madrid hablando en Catalan. Es admirable.
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No entiendo
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Vendehumo
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La verdad que nunca me gustó Guardiola, tiene un gran aparato de marketing que todos compran, la campaña del pobre Tito Vilanova lo superó totalmente en Barcelona y el tipo en un momento por pura envidia lo atacó inclusive públicamente.- Es un pedante, soberbio, que se hace "el culto".- Feliz por la goleada que sufrió, ahora se ve que es un técnico del montón.- El el mejor Barcelona es obra de sus jugadores no de este payaso.-
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vendida de humo terrible
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jajaja cómo me acordé de esto hoy jajajaj que alegría
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No entiendo qué es lo gracioso. Nosotros como club peleamos por nuestra identidad y lugar en el mundo (Boedo) y la UEFA le dice a un periodista que no puede preguntar en catalán (lengua propia de Catalunya), Guardiola le dice que sí puede hacerlo y uds lo festejan (el hecho de que no les permita hablar en su lengua)?
Increíble.
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Que tiene que ver el partido de hoy? El tipo dejo pillo a la UEFA. Eso es lo que creo que intento transmitir Javi cuando creo esto.
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La verdad que nunca me gustó Guardiola, tiene un gran aparato de marketing que todos compran, la campaña del pobre Tito Vilanova lo superó totalmente en Barcelona y el tipo en un momento por pura envidia lo atacó inclusive públicamente.- Es un pedante, soberbio, que se hace "el culto".- Feliz por la goleada que sufrió, ahora se ve que es un técnico del montón.- El el mejor Barcelona es obra de sus jugadores no de este payaso.-
lei suficiente por hoy......
Enviado desde mi Sony ZL mediante Tapatalk
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Que tiene que ver el partido de hoy? El tipo dejo pillo a la UEFA. Eso es lo que creo que intento transmitir Javi cuando creo esto.
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No me gusta el fútbol. Me siento obligado a aclararlo. De hecho, mi sentimiento va más allá de no gustarme: me desagrada profundamente el fútbol y todo lo que se le asocia. Es algo terrible esto que me pasa, ya que vivo en un mundo en el que no puedo escapar de él. Por más que me esfuerce por ignorarlo, siempre se cuela algún conocimiento indeseado. Sin embargo, yo soy incapaz de contagiar mis pasiones a nadie. Por mucho que me apasione una novela de Thomas Bernhard, la inmensa mayoría de la gente vive tan feliz sin saber quién coño es Thomas Bernhard. Mientras, yo estoy condenado a saber quién es Gerard Piqué, quién es su novia y quién es el Cholo Simeone. Para ignorar toda esa información no deseada tendría que vivir en una cueva, sin comunicaciones ni tratos con los humanos, cazando jabalíes con lanza y recolectando frutos. Los fans de Piqué, su novia y el Cholo Simeone, en cambio, no tienen que filtrar información sobre mis gustos e intereses, porque esa información, sencillamente, no les llega por ningún medio.
Preferiría no enterarme de nada, pero, como me entero, a veces elaboro juicios, como los elaboro sobre la obra de Thomas Bernhard. Tampoco puedo apagar el cerebro. Y esta semana me he enterado de que el Real Madrid ha eliminado al Bayern de Múnich. Y ya sabía que el entrenador del Bayern era Pep Guardiola, que antes lo había sido del Barça. Y sé que Guardiola tiene fama de elegante, listo, lector y, sobre todo, de ser muy bueno en lo suyo. De los mejores del mundo, pero sin la prepotencia y sordidez que adorna a muchos otros genios de la cosa del entrenar. Es un tipo pulcro, de modales refinados, que por lo visto traslada su elegancia y refinamiento al juego que dirige en sus equipos, si es que puede haber elegancia y refinamiento en un deporte que consiste en tipos vestidos con calzones de colores horteras y chillones que corren, se empujan, se tiran al suelo fingiendo dolores de parto, escupen y se dirigen al árbitro (un señor mayor y musculado vestido de una forma también ridícula) con insultos que acompañan de tocamientos genitales en la propia entrepierna.
Yo sabía estas cosas de Guardiola, aunque preferiría no saberlas, pero todo eso hacía de Guardiola un tipo que me caía simpático. Alguien con quien no me importaría compartir café o mesa de restaurante si se diera el caso. Un tipo no sé si interesante, pero sí una compañía agradable. Y las compañías agradables son raras de encontrar, así que me parecía muy bien el tal Guardiola, y cuando me enteraba de algún éxito suyo, me alegraba casi sin querer. Suponía que ganar cosas le haría feliz, y me gusta que la gente que me parece agradable y esforzada sea feliz. Tengo una empatía primaria que funciona a un nivel muy básico.
Primera Division, FC Barcelona - Atletico Madrid
Pero también me he enterado de que mucha gente detesta a Guardiola. Le detesta porque gana muchas cosas y tiene mucho éxito, pero, sobre todo, le detesta por la forma en que gana y tiene mucho éxito. Les irrita que sea un tipo educado y hasta que sea guapo. No soportan su forma de vestir, de moverse o de hablar. No aguantan que vaya a trabajar a Alemania y se esfuerce por hablar alemán. Al parecer, muchos ni siquiera soportan que sea catalán o que se llame Pep. ¿Qué se habrá creído el tío este, hablando alemán y apellidándose Guardiola?
La pregunta miserable que recorre ese odio es un viejo mantra de los amargados y frustrados: «¿Este tipo se cree mejor que nosotros?»
La evidencia de que, efectivamente, es mejor que ellos en tantos aspectos y niveles, no les arredra, y se aprestan a buscarle el lado oscuro. Si alguna vez pierde un poco los papeles en una rueda de prensa y se sale de su papel educado para responder con acritud a una pregunta, lo celebran como un triunfo. Miren, no era tan educadito, al fin y al cabo. Y si, como ayer, pierde una eliminatoria importante, lo celebran con ruido y furia. Miren, no era tan bueno, al fin y al cabo, aúllan como bestias.
Lo de Guardiola es representativo de una actitud nacional. No sé si universal, pero, desde luego, muy generalizada en España: la demolición de la excelencia. Uno puede entender (hasta cierto punto) la envidia profesional. Entiende que un profesional mediocre se sienta amenazado por un profesional brillante y trate de ponerle palos en las ruedas (aunque la comprensión no mitigue la repulsión que me provoca). Pero esto va mucho más allá. La gente que odia a Guardiola no codicia su puesto ni quiere para sí el reconocimiento del que él disfruta. Y, sin embargo, ansían verle fracasar. En todos los niveles. No sólo gozan de contemplarle en la derrota profesional, sino que aplaudirían encantados si se descubriese algún asunto turbio relacionado con su vida privada. Algo que demostrase que no es una buena persona. Cualquier cosita les valdría, no tendrían por qué descubrirle a unos niños secuestrados en el sótano de su casa. Con que trascendiera una desavenencia matrimonial o un conflicto menor con un hijo, se quedarían satisfechos. Porque así quedaría demostrado que Guardiola es como ellos, que se le puede reducir al mínimo común denominador.
Dice Javier Gomá que no soportamos a las personas excepcionales porque subrayan nuestras miserias, que preferimos rodearnos de personas peores que nosotros. El buen ejemplo, lejos de inspirarnos, subraya nuestros defectos y nos hace sentir peor. El mal ejemplo, en cambio, nos reconforta, porque nos da la sensación de que lo hacemos todo bien aunque no nos esforcemos en ello.
Esa primera persona del plural es retórica, porque yo no me reconozco en ella. Debo de ser un espécimen muy raro, porque a mí sí que me inspira la excelencia ajena. No deseo ver caer a quien triunfa, no deseo ver gruñir al amable ni que se vuelva feo el guapo. Creo que hay personas mejores que yo, mejores que todos nosotros. Creo que hay personas excepcionales, que destacan por méritos propios no sólo como profesionales, sino como seres humanos. Gente que brilla, que tiene mejores sentimientos que la mayoría y los sabe expresar mejor, que se comporta mejor que la mayoría de la gente. No sólo no puedo compartir las risotadas de los amargados que desean reducirlo todo a su ínfimo mínimo común denominador, sino que las detesto tanto como detesto el fútbol.
Hay días en que no soporto el ruido del mundo. Mi iPod no tiene volumen suficiente para aislarme de él mientras paseo por sus calles llenas de gente pequeña y amarga.
http://sergiodelmolino.com/2014/04/30/mejor-que-nosotros/
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No me gusta el fútbol. Me siento obligado a aclararlo. De hecho, mi sentimiento va más allá de no gustarme: me desagrada profundamente el fútbol y todo lo que se le asocia. Es algo terrible esto que me pasa, ya que vivo en un mundo en el que no puedo escapar de él. Por más que me esfuerce por ignorarlo, siempre se cuela algún conocimiento indeseado. Sin embargo, yo soy incapaz de contagiar mis pasiones a nadie. Por mucho que me apasione una novela de Thomas Bernhard, la inmensa mayoría de la gente vive tan feliz sin saber quién coño es Thomas Bernhard. Mientras, yo estoy condenado a saber quién es Gerard Piqué, quién es su novia y quién es el Cholo Simeone. Para ignorar toda esa información no deseada tendría que vivir en una cueva, sin comunicaciones ni tratos con los humanos, cazando jabalíes con lanza y recolectando frutos. Los fans de Piqué, su novia y el Cholo Simeone, en cambio, no tienen que filtrar información sobre mis gustos e intereses, porque esa información, sencillamente, no les llega por ningún medio.
Preferiría no enterarme de nada, pero, como me entero, a veces elaboro juicios, como los elaboro sobre la obra de Thomas Bernhard. Tampoco puedo apagar el cerebro. Y esta semana me he enterado de que el Real Madrid ha eliminado al Bayern de Múnich. Y ya sabía que el entrenador del Bayern era Pep Guardiola, que antes lo había sido del Barça. Y sé que Guardiola tiene fama de elegante, listo, lector y, sobre todo, de ser muy bueno en lo suyo. De los mejores del mundo, pero sin la prepotencia y sordidez que adorna a muchos otros genios de la cosa del entrenar. Es un tipo pulcro, de modales refinados, que por lo visto traslada su elegancia y refinamiento al juego que dirige en sus equipos, si es que puede haber elegancia y refinamiento en un deporte que consiste en tipos vestidos con calzones de colores horteras y chillones que corren, se empujan, se tiran al suelo fingiendo dolores de parto, escupen y se dirigen al árbitro (un señor mayor y musculado vestido de una forma también ridícula) con insultos que acompañan de tocamientos genitales en la propia entrepierna.
Yo sabía estas cosas de Guardiola, aunque preferiría no saberlas, pero todo eso hacía de Guardiola un tipo que me caía simpático. Alguien con quien no me importaría compartir café o mesa de restaurante si se diera el caso. Un tipo no sé si interesante, pero sí una compañía agradable. Y las compañías agradables son raras de encontrar, así que me parecía muy bien el tal Guardiola, y cuando me enteraba de algún éxito suyo, me alegraba casi sin querer. Suponía que ganar cosas le haría feliz, y me gusta que la gente que me parece agradable y esforzada sea feliz. Tengo una empatía primaria que funciona a un nivel muy básico.
Primera Division, FC Barcelona - Atletico Madrid
Pero también me he enterado de que mucha gente detesta a Guardiola. Le detesta porque gana muchas cosas y tiene mucho éxito, pero, sobre todo, le detesta por la forma en que gana y tiene mucho éxito. Les irrita que sea un tipo educado y hasta que sea guapo. No soportan su forma de vestir, de moverse o de hablar. No aguantan que vaya a trabajar a Alemania y se esfuerce por hablar alemán. Al parecer, muchos ni siquiera soportan que sea catalán o que se llame Pep. ¿Qué se habrá creído el tío este, hablando alemán y apellidándose Guardiola?
La pregunta miserable que recorre ese odio es un viejo mantra de los amargados y frustrados: «¿Este tipo se cree mejor que nosotros?»
La evidencia de que, efectivamente, es mejor que ellos en tantos aspectos y niveles, no les arredra, y se aprestan a buscarle el lado oscuro. Si alguna vez pierde un poco los papeles en una rueda de prensa y se sale de su papel educado para responder con acritud a una pregunta, lo celebran como un triunfo. Miren, no era tan educadito, al fin y al cabo. Y si, como ayer, pierde una eliminatoria importante, lo celebran con ruido y furia. Miren, no era tan bueno, al fin y al cabo, aúllan como bestias.
Lo de Guardiola es representativo de una actitud nacional. No sé si universal, pero, desde luego, muy generalizada en España: la demolición de la excelencia. Uno puede entender (hasta cierto punto) la envidia profesional. Entiende que un profesional mediocre se sienta amenazado por un profesional brillante y trate de ponerle palos en las ruedas (aunque la comprensión no mitigue la repulsión que me provoca). Pero esto va mucho más allá. La gente que odia a Guardiola no codicia su puesto ni quiere para sí el reconocimiento del que él disfruta. Y, sin embargo, ansían verle fracasar. En todos los niveles. No sólo gozan de contemplarle en la derrota profesional, sino que aplaudirían encantados si se descubriese algún asunto turbio relacionado con su vida privada. Algo que demostrase que no es una buena persona. Cualquier cosita les valdría, no tendrían por qué descubrirle a unos niños secuestrados en el sótano de su casa. Con que trascendiera una desavenencia matrimonial o un conflicto menor con un hijo, se quedarían satisfechos. Porque así quedaría demostrado que Guardiola es como ellos, que se le puede reducir al mínimo común denominador.
Dice Javier Gomá que no soportamos a las personas excepcionales porque subrayan nuestras miserias, que preferimos rodearnos de personas peores que nosotros. El buen ejemplo, lejos de inspirarnos, subraya nuestros defectos y nos hace sentir peor. El mal ejemplo, en cambio, nos reconforta, porque nos da la sensación de que lo hacemos todo bien aunque no nos esforcemos en ello.
Esa primera persona del plural es retórica, porque yo no me reconozco en ella. Debo de ser un espécimen muy raro, porque a mí sí que me inspira la excelencia ajena. No deseo ver caer a quien triunfa, no deseo ver gruñir al amable ni que se vuelva feo el guapo. Creo que hay personas mejores que yo, mejores que todos nosotros. Creo que hay personas excepcionales, que destacan por méritos propios no sólo como profesionales, sino como seres humanos. Gente que brilla, que tiene mejores sentimientos que la mayoría y los sabe expresar mejor, que se comporta mejor que la mayoría de la gente. No sólo no puedo compartir las risotadas de los amargados que desean reducirlo todo a su ínfimo mínimo común denominador, sino que las detesto tanto como detesto el fútbol.
Hay días en que no soporto el ruido del mundo. Mi iPod no tiene volumen suficiente para aislarme de él mientras paseo por sus calles llenas de gente pequeña y amarga.
http://sergiodelmolino.com/2014/04/30/mejor-que-nosotros/
Genial.