Los deportistas de alto rendimiento son tipos que viven de un modo muy diferente a cualquiera de nosotros. Están sujetos a una disciplina y exigencias desde pequeños. Sus cuerpos son moldeados racionalmente de acuerdo a cada actividad. Sobre lo físico se trabaja siempre y desde el propio origen del deporte. Hay mucho estudio y experiencia. No sucede lo mismo con lo psicológico, si bien siempre se ha tenido en cuenta "la cabeza", la actividad de profesionales del área es mucho más reciente. Ni hablar que en el fútbol la resistencia sigue siendo intensa. En el fútbol juvenil afortunadamente son bastantes los clubes que contratan psicólogos.
Hace años en una asociación de la que formé parte decidimos armar una encuesta sobre el retiro de los futbolistas La realizamos con ex jugadores, algunos campeones del mundo, otros de equipos grandes e inclusive quienes habían jugado en el ascenso. Realizamos algo más de cien. Por lo que recuerdo ninguno había trabajado sistemáticamente el retiro, en el mejor de los casos alguna charla a cargo de alguien que ya había transitado por esos momentos. La cuestión de la soledad era recurrente, el sentir que no estaban preparados para otra cosa también.
Recuerdo las palabras de un ex jugador, prácticamente ídolo del club de primera donde había jugado. Dijo algo que resume casi perfectamente esos sentimientos: "Desde el día que me retiré, dejó de sonar el teléfono"