Romagnoli, Barrientos, Ortigoza y Quignon generan juego.
Cerutti y Belluschi para tener volantes más verticales (y no descartó que retrase a Tito).
Tenes 7 variantes sin contar a los pibes.
Copio y pego lo que opiné en un post que redacté;
Mediocampistas ofensivos que además de clarividencia aporten verticalidad y cambio de ritmo. El Pipi hasta que aguanta, Blanco y supuestamente ahora Belluschi. Bautista Merlini en reserva. Más luego...
Por eso considero imprescindible que Blanco no emigre dado que quedaríamos con pocos intérpretes para desempeñar esa función. Villalba y Cerutti aportan velocidad, vértigo en el traslado para los metros finales pero no en la zona de generación de juego. Villalba y Cerutti serían el preludio para la estocada final. Pero antes está la elaboración. Barrientos, Ortigoza y Quignon son pasadores criteriosos de traslado cadencioso, sin cambio de ritmo. No son gambeteadores. Por supuesto que alguno de ellos debe ser considerado para integrar el mediocampo pero más como gestores, esto es, buenos administradores, que como responsables para la generación de fútbol ofensivo. En ese sentido claro que cuentan con recursos como una pelota filtrada o aportando dinámica en el desmarque, pero como factores secundarios a su función principal. No son "per se" rompedores del monocorde transitar que suele sucitarse en el mediocampo. El factor sopresa lo aporta la individualidad de aquellos que por condiciones intrínsecas a sus características son capaces de romper líneas con una gambeta proyectada en velocidad.
La lectura que hacen muchos foristas respecto a que tenemos superpoblación en el mediocampo sin advertir que dentro del mismo existen jugadores con diferentes caractísticas y, por ende, funciones disímiles, me resulta llamativa. Meten en la misma bolsa a un Quignon y a un Blanco por ejemplo. Que tendrán que ver además que ambos son mediocampistas!!
Espero que conservemos a los escazos intérpretes creativos, capaces de romper líneas proyectados en velocidad hacia adelante, siempre con la caprichosa rendida bajo sus pies. A veces les sale, a veces no. Lo imporatante es contar con esos valores capaces de intentarlo. Los demás juegan a otra cosa