El paso de Guede tuvo sus cosas buenas y malas, pero claramente es recontra sobrevalorado. Ya se dijo mil veces, pero bueno: Si Guede se hubiera llevado bien con los partidarios nadie lo estaría pidiendo.
A favor, ganó muy bien una final y es un tipo laburador, cosa que no abunda en el presente ni en el pasado reciente de San Lorenzo. En contra, perdió una final de manera vergonzosa, hizo unos cuántos planteos insólitos y cambios inexplicables, era dueño de caprichos varios y, para coronar, se mandó a mudar por dos mangos más que le iban a pagar en Chile, cuestión que disfrazó victimizándose.
Sobran motivos