Cetto: El único jugador del mundo que es IMPRESENTABLE desde su primer partido allá por el 2013. Si tuvo tres partidos buenos en todos estos años es mucho. Vive mandánose cagadas, desacomodando la defensa, haciendo faltas pelotudas, haciéndose echar, hablando como si fuese Fernando Hierro. Que encima se cree Maldini declarando que quisiera estar en Central.
Verón: Ya no gana en velocidad, se enreda solo con la pelota, cuando llega a desbordar y tira el centro le pega a la tierra, sino apunta al defensor que tiene adelante.
Mussis: Bien a lo Kalinski, errando los pases en salida, haciendo faltas pelotudas y encima es calentón.
BARRIENTOS: La intrascendencia personificada, la nada misma, te pones a ver un partido de él para inspirarte para actuar en Relatos Salvajes. Un pajero que no es que no corre ni pone huevo, no hace nada directamente, quiere meter pases a lo Verón y apunta al pie de los defensores, quiere tirar la marsellesa de Zidane y se cae cuando lo soplan.
Blanco: Perdió la velocidad en dos semanas, la tira larga y se le va al lateral, se acomoda para la zurda siempre y vive pateando mordido.
Cauteruccio: Darle la pelota es esperar que: a) la rebote larga para atrás; b) de un pase largo para atrás; c) la reciba y arranque gambeteando para nuestro arco; d) la pierda. El único jugador del mundo que pudiendo asegurar un gol pateando decide rematar con las dos rodillas al mismo tiempo. El gol a San Pablo es la única jugada que resolvió bien en lo que va de 2015.