Se convirtió en una máquina perfecta de ganar. San Lorenzo es un asunto serio. No de ahora, sino desde hace un buen tiempo. Se ríe, con el transcurso del tiempo, de los que lo señalaban con el dedo. Que es un conjunto pragmático, conservador, utilitario. Ésa es solamente una parte de su realidad. La otra se descubre de par en par: no sólo es sólido, también suele exhibir dosis precisas de fútbol y una catarata de goles en su justa medida. Un elenco equilibrado y ganador, como le agrada a Edgardo Bauza, su creador, que mantiene en la cúspide a un equipo entretenido en las alturas del silencio. Mientras el universo futbolero se derrite con algunos destellos de Carlos Tevez en Boca o en la ola triunfal de River, el Ciclón se conserva, con el paso del tiempo. Siempre adelante, siempre primero. Esta noche, en un final electrizante, cubierto de suspenso, se impuso por 3 a 2 a Argentinos, en La Paternal. San Lorenzo no afloja.