Hay toda una corriente que se pretende crear, desde los medios de comunicación más poderosos, una logia de técnicos "ofensivos", a los cuáles les hacen prensa asquerosamente. Hablan de Jorge Almirón, Matías Almeyda, Darío Franco y los dos nombrados en el título. Los cinco dicen y venden humo para decir lo que quieren escuchar los matones de micrófono y ellos después comentan que los cinco son los Borges del fútbol. Pero ya desde principios de octubre, arranqué a ver una fractura, una división entre ellos. Por lo visto Franco, Almeyda y Almirón son tipos que usan el mismo mensaje con los jugadores puertas adentro, es como que se creen todo lo que les dicen a los medios y que ésa es la fórmula. Entonces ponen línea de tres, como líbero a tipos que hacen dos pasos y se tropiezan (Almeyda con Bianchi Arce y Franco con Saveljich), a arqueros y defensores con mala técnica a salir jugando (Almirón con el Ruso Rodríguez y los defensores). Se cagan en las circunstancias, los momentos de los partidos y afrontan los partidos con una soberbia increíble.
Por otro lado están Cocca y Gallardo, tipos de los que no dudo que tienen una ideología diferente a la mía, pero saben que no se vive ni se sacan resultados con el verso, sino con el trabajo. El técnico de River determinó que a Boca por la Sudamericana y por la Libertadores había que jugarle de otra manera. Metiendo hasta el límite, presionando bien arriba cuando se pueda, esperando en 3/4 para obligar al rival al pelotazo. Ojo, Gallardo también jugó así otros partidos: Newell,s y Vélez el torneo pasado; San Lorenzo en la vuelta de la Recopa, entre otros en el 2015. No sólo que tuvo las pelotas de cambiar y pasarse por el forro del culo lo del estilo y toda esa pavada, sino que aplicó perfectamente sus planes.
Por su parte, Cocca se dio cuenta de que si no lograba solidez defensiva y estabilidad en los movimientos de contención en el medio, no iba a llegar a ningún lado con su fulbito ofensivo. ¿Qué hizo? Puso a Aued al lado de Videla para que se complementen, le ordenó a Pillud que suba poco y puso por derecha a un carrilero como Gastón Díaz, apostando a que Centuríon, Milito y Bou definieran los partidos. ¿Qué logró con eso? Nada, sólo darle un título a Racing luego de 13 años y devolverlo a los cuartos de final de la Copa Libertadores después de 18 años.
Lo que más me divierte es ver el despecho terrible de los Latorre, los Pagani, entre otros. Cada vez que Latorre debe comentar a Racing, destroza al juego de los de Cocca. Más aún cuando las cosas no salen, naturalmente. A Gallardo lo trataton de antifútbol, que despreciaba la pelota y bla bla bla. No sé cómo les irá en el futuro, pero si van a enfrentarse en semifinales, va a ser terrible, una moneda al aire. Son dos técnicos de la puta madre.