Lo de Correa venía malparido por la gente que tenía porcentaje de su pase, encima después surgió el tema de salud, pero antes que terminara de jugar acá ya estaba vendido, nunca se entendió esa obsesión por darselo al Atlético por 8 palos cuando todavía tenía grandes posibilidades de subir su cotización. A Villalba se lo ofrecieron a Boca en parte de pago por Blandi, a Matos con Coloccini los tuvieron entrenando con el selectivo por decisión de Aguirre, se va a Aguirre, sube Coloccini y no Mauro, con Ortigoza hubo un manoseo innecesario más allá de que podía justificarse su salida, no tengo dudas que con Mas y Buffarini hubo también tira y afloje, deudas o alguna de las que se suele mandar Lati. Lo poco que se sabe es que en su momento quiso volver y le ofrecieron un pancho y una coca.
Lo poco que se sabe, lo contás incompleto o como vos querés. Buffarini, desde hacía tiempo, después de ganar la Copa Libertadores más precisamente, ya jodía con que quería ser transferido a fin de año post Mundial de Clubes, sea por capricho, porque pensó que no tenía nada más que probar acá, porque quería ganar más guita, porque quería irse afuera de Argentina como quieren todos, etc. Entendible y respetable de su parte. Todos los jugadores argentinos que llegan a primera tienen el mismo objetivo, tener continuidad, hacerse conocidos y poder irse cuanto antes a Europa para forrarse en plata. Todos lo hacen o lo quieren hacer, no hay que ser boludo.
Ahora bien, cuando vos te encaprichas al mismo tiempo tenés que tener cierta gratitud con el club que te puso en vidriera internacional, porque en Ferro, Talleres o Atlético Tucumán, Buffarini no iba a llegar ni en pedo a jugar afuera. Llegó a ser alguien o a jugar afuera porque se puso nuestra camiseta. La dirigencia, sabía de su potencial o que era un jugador a vender, pero postergó su transferencia porque nunca llegaban ofertas razonables acorde al nivel que él mostraba. Llegó un punto en que hubo que darle el brazo a torcer a Buffarini, porque no paraba de romper los huevos con que quería irse para "dar el salto", y se lo vendió a la cifra que se pudo, porque tampoco podías tener un jugador en un club en donde no quería jugar más. Se vendió en 2 palos y listo. Problema solucionado para ambas partes.
Lo vendieron a San Pablo, no tuvo continuidad y empezó a llorar con volver. La dirigencia, caliente por su anterior actitud, hizo la que hubieran hecho la mayoría con un jugador caprichoso que quería irse a cualquier costo sin importarle que le diste un nombre en el fútbol. Si es verdad que le ofrecieron un pancho o una coca, no lo sé, pero si sé, que aunque acá se hagan los dolobus, nadie querría rescatar a un tipo que quería irse a toda costa de San Lorenzo, como si estuviera jugando en Excursionistas. Hizo la de Homero con el Sr.Burns. Pidió volver, y se la devolvieron y no le gustó.
Finalmente, llega a Boca que le paga lo que quiere y no lo que le ofrecía San Lorenzo (como se dijo en su momento y vos repetís). Yo, repito yo, estaba dolido con verlo con esa camiseta mugrosa, pero al mismo tiempo lo entendía. Pese a que dijo, una y mil veces, "yo si vuelvo a Argentina, vuelvo a San Lorenzo", entendí su situación, estaba en Brasil y no jugaba. Que jugador quiere no jugar? ninguno.
El tema se va bien a la mierda cuando el sorete, porque eso es este muchacho, un sorete desagradecido, empezó a vender humo para la bosta made in Erviti, y nos ninguneó diciendo que los mejores momentos de su carrera los vivió en Talleres, poniéndonos al nivel de dos equipos del ascenso como Atlético Tucumán y Ferro. Y no conforme con eso, la otra noche agrandó aún más el odio de la gente con la innecesaria rabona, que si yo estaba en cancha, lo re cagaba a trompadas.
No con esto digo que Lammens se manejó bien, pero tampoco sigamos con la boludes de que al cordobés le dimos la espalda porque si o porque lo queríamos cagar. El tipo mismo se manejó mal antes de irse y se cerró las puertas del club solo, y no por firmar con bosta, si no por toda la mierda que nos tiró después.