Como envidio la escuela futbolística que tiene el Pincha. Te puede gustar o no, pero la identificación que tienen todos con esa idea es envidiable, desde los nenes más chiquitos del club que ya adquieren todas las mañas como alcanzapelotas, hasta los hinchas que aplauden a un pibe alcanzapelota que hace tiempo y patea la pelota cuando entró otra. Nos falta bastante de eso en San Lorenzo.