Ahora tenemos la suerte de poder decir que ganamos la Libertadores el año pasado, de la mano de Bauza...
Pero también cabe recordar, que con este mismo Bauza no sólo hicimos un pobre campeonato local, sino que estuvimos a punto de quedar eliminados en un grupo todavía más pobre.
Nos salvamos gracias a la pésima defensa de Botafogo, y al milagro de Piatti a los 88 minutos.
Si no fuera por ese gol, hace rato que Bauza estaría con un zapato en el ort*.
Después vinieron otros milagros: el gol de Correa en un partido donde no pasaba nada, la salvada de Buffarinni sobre la línea, los penales atajados por Torrico.
Donde sí se demostró superioridad fue en los partidos frente a Cruzeiro, Bolívar, y el primero contra Nacional.
El partido final volvió a ser un bodrio, donde Nacional se perdió chances. Inconcebible que Bauza haya decidido a un Cauteruccio sin forma como titular. Con él y todo, sucedió otro milagro: gracias a una jugada intrascendente de él, devino la mano y el penal que convirtió Ortigoza.
Pero no se puede depender de milagros todos los días. Y del mismo modo que el año pasado tuvimos todo el culo del mundo, hoy no nos salió una.