Las frases de Sigmund Freud que usamos sin darnos cuenta
Cuando nos expresamos, están las cosas que uno quiere decir, las cosas que uno podría decir sin consecuencias y las que serían totalmente desastrosas si se dicen. Hablamos de esas, precisamente: las que en ocasiones, y para tu vergüenza, terminan escapándose de tu boca.
O del dedito en el teclado.
Y sí, caza al bobo que lo escribió. El famoso cazador cazado.