A veces uno afirma cosas ultraconvencido y muchos le dicen (sobrando, obvio) "ah pero qué claridad tiene Ud., eh, para ver el fútbol" o "qué categórico". Por ej. sentencias como "Migliore en los penales es un arquero extraordinario: siempre se tira para el lado contrario al que va la pelota". O sea, es algo fuera de serie lo de "Miglioooo, Miglioooo". Porque una cosa es ser malo, horrible, ultradeficiente en el apartado penales como arquero, y otra muy distinta es ser tan pero tan malo que no sólo tu ratio de penales atajados es muchísimo menor a la media de la mayoría de los arqueros, sino que además de no atajarlos nunca te tirás para el lado que va la pelota. Migliore lo consigue, una y otra vez, definición tras definición, con más o menos humo vendido entre medio de cada ejecución (hoy por ej. ya antes del primero -que obviamente entró por un lado y él se zambulló para el otro- vendió tanto que fue amonestado y no hubiera podido jugar la ida de la siguiente fase, que quizá hubiera sido vs River -o sea el rival que más ama enfrentar porque maximiza sus chances de vender humo-). Por eso uno sabía antes de la tanda que la única chance que tenía Peñarol era errar no más de un penal y esperar que Estudiantes erre (o sea, tire afuera o estrelle contra un palo y no rebote para adentro) al menos dos. Porque de Migliore claramente no podían esperar nada más que lo habitual: su increíble "antiolfato".