Si no boqueaba lo que boqueó, hubiera votado indiferencia. Pero después de toda la mierda que declaró + el ninguneo a nosotros con esa pavada de "mis mejores momentos los pasé en Talleres" merece insultos y silbidos. Me inclino más por los silbidos, son más fuertes y creo que hasta duelen más que un insulto. Silbatina absoluta de toda la cancha, como la que recibió Erviti, Bottinelli, etc.