La sonrisa no la pudo esconder. Ya terminó con los estudios médicos, primero en un centro de diagnóstico sobre la avenida Córdoba y después en Casa Amarilla. Subió por el ascensor que lleva a las oficinas del segundo piso de la Bombonera, miró una a una las copas que adornan la sala de reuniones ubicada al lado del despacho presidencial. Se sentó con sus representantes junto al vice Royco Ferrari, firmó su contrato y se dirigió entusiasmado para el vestuario. “El camino a la gloria”, leyó en el cartel que anuncia el ingreso al túnel que lleva al campo de juego. Las puertas se le abrieron por primera vez y ahí abajo se encontró con otro mensaje impactante: “Vos y todas las estrellas que vistieron esta camiseta brillan por siempre en la historia de Boca”. Y cuando por fin terminó de subir esos escalones, el piso empezó a latir. “Fue muy emocionante. Muchos tienen el sueño de jugar en la Bombonera y yo voy a tener esa posibilidad. Trataré de hacer lo mejor”, le contó Julio Buffarini a Olé, una vez convertido oficialmente en el segundo refuerzo de Boca.
Parado en el césped, Buffa miró para un lado y para el otro. Se probó la camiseta, volvió a sonreír -sin que se lo pidan, pura espontaneidad- para la foto, luego agarró su celular y no dejó pasar la oportunidad de sacarse una selfie. ¿A quién se la mandó? ¿A su familia? ¿A sus amigos xeneizes? “No, no se la mandé a nadie, me la saqué como recuerdo para mí”, le dijo a Olé, y al rato la puso de perfil en su cuenta de Twitter, sin pensar en el ruido que haría esa imagen entre los hinchas de San Lorenzo, ésos que lo tuvieron como ídolo y que ahora dicen que dejó de serlo. Sus ganas de jugar en Boca se ve que pudieron más que su pasado en Boedo... “Estoy muy contento, es un desafío muy importante para mi carrera. Todos sabemos lo que significa Boca para cualquier jugador. Cuando se presentó la posibilidad, lo charlé con mi familia y pudimos llegar a un acuerdo. Me pone muy contento”, agregó.
-¿Cómo tomaste el enojo en San Lorenzo?
-Sé que por ahí pueden estar molestos por la decisión que tomé, pero yo pensé mucho en el futuro de mi familia, soy un jugador que no está salvado económicamente. El tiempo que estuve ahí dejé la vida.
-¿Qué significa ponerte esta nueva camiseta?
-Es un paso muy importante en mi carrera, un desafío muy lindo. Estoy con mucha expectativa, ojalá pueda estar a la altura. Porque sé lo grande que es este club y las exigencias adentro y afuera de la cancha. Boca es un club muy grande y que te exige pelear en todos los frentes.
-¿Pensás que tu juego puede hacer que el hincha se identifique pronto con vos?
-Soy un jugador que no da ninguna pelota por perdida, lo demostré en todos los clubes. La entrega, las ganas y el sacrificio los voy a tener desde el primer minuto hasta el último.
-Llegás al último campeón y al actual puntero.
-Seguí todos los partidos de Boca desde Brasil. Esta camiseta te exige a jugar de igual a igual en cualquier estadio. Ya lo demostró este equipo. No es casualidad que lleve un año como puntero de la liga argentina.
