Si hubiese sido un partido "normal", lo ganábamos seguro. Acá jugamos 9 contra 12 (Nunca mejor aplicado el concepto del Jugador n° 12, en este caso refiriéndome al árbitro). Hubo un lavado de cabeza, otra actitud... Gudiño se tiró al piso en varias, Coloccini jugó un partidazo tomando en cuenta que estuvo banda sin jugar, Caruzzo estuvo muy seguro, Piris da Motta impecable... y ni hablar de los huevos generales del equipo, que pese a las expulsiones y a la cancha inclinada, fueron a buscar el partido con lo que se pudo.
Me quedó el sabor amargo por no ganar y que se escape. Es evidente que este campeonato es sólo para Boquita para festejar el regreso de Tévez, pero por otra parte me encantó que no se la llevaran de arriba. En los papeles íbamos a comernos una derrota importante, acá demostramos que aún teniendo la mitad de plantel y siendo perjudicados, les jugamos de igual a igual. Con un poco más de puntería, lo ganábamos seguro. Y Boca no es el cuco que quiere vendernos el periodismo, se le puede ganar como a cualquiera.